MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio del Centro Médico y Facultad de Medicina Wexner de la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Utah, en Estados Unidos, y la Universidad de Exeter, en Reino Unido, corrobora una investigación pionera anterior según la cual la rumiación (exceso de pensamiento) puede reducirse mediante una intervención denominada Terapia Cognitivo-Conductual Centrada en la Rumiación (TCC-RF).
Además, el uso de la tecnología fMRI permitió a los investigadores observar cambios correlacionados en la conectividad cerebral asociada al pensamiento excesivo, según publican los investigadores en línea en la revista 'Biological Psychiatry Global Open Science'.
"Sabemos que el desarrollo de los adolescentes es fundamental. Sus cerebros están madurando y se están formando hábitos. Intervenciones como la TCC-RF pueden cambiar las reglas del juego y conducirlos hacia una edad adulta mentalmente sana. Nos entusiasmó especialmente que el tratamiento pareciera apropiado para el desarrollo y fuera aceptable y accesible a través de la telesalud durante la pandemia temprana", afirma el autor correspondiente, Scott Langenecker, doctor y vicepresidente de investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Conductual del Estado de Ohio, que inició este proyecto mientras estaba en la Universidad de Utah.
La TCC-RF es un enfoque prometedor impulsado por Ed Watkins, doctor y profesor de Psicología Clínica Experimental y Aplicada de la Universidad de Exeter. Ha demostrado su eficacia en adultos con depresión recurrente.
"Queríamos ver si podíamos adaptarlo para una población más joven para prevenir la carga continua de recaída depresiva", apunta Rachel Jacobs, profesora asistente adjunta de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad Northwestern, quien dirigió el estudio piloto en 2016.
"Como clínico, seguí observando que las herramientas estándar de TCC, como la reestructuración cognitiva, no daban a los jóvenes las herramientas para salir de los bucles mentales dolorosos que contribuyen a experimentar depresión de nuevo --continúa Jacobs--. Si pudiéramos encontrar una forma de hacerlo, quizá podríamos ayudar a los jóvenes a mantenerse bien en su transición a la edad adulta, lo que ha cobrado aún más importancia desde que hemos observado el impacto de COVID-19 en la salud mental".
En el ensayo recién publicado, 76 adolescentes de entre 14 y 17 años con antecedentes de depresión fueron asignados aleatoriamente a 10-14 sesiones de RF-CBT, mientras que a los controles se les permitió y animó a recibir cualquier tratamiento estándar. Los adolescentes declararon rumiar significativamente menos si recibían RF-CBT. Y lo que es aún más intrigante, la resonancia magnética funcional ilustró cambios en la conectividad cerebral, marcando un cambio a nivel neuronal.
En concreto, se redujo la conexión entre el córtex cingulado posterior izquierdo y otras dos regiones: la circunvolución frontal inferior derecha y la circunvolución temporal inferior derecha. Estas zonas, implicadas en el pensamiento autorreferencial y el procesamiento de estímulos emocionales, respectivamente, sugieren que la TCC-RF puede mejorar la capacidad del cerebro para abandonar el hábito de rumiar.
Este trabajo, que es una réplica prerregistrada, demuestra los mismos efectos cerebrales y clínicos en la muestra de Utah en 2023 que se informó por primera vez en la muestra de Chicago en 2016.
"Por primera vez, este trabajo muestra que la versión de la TCC centrada en la rumiación que hemos desarrollado en la Universidad de Exeter conduce a cambios en la conectividad de las regiones cerebrales en adolescentes con antecedentes de depresión en relación con el tratamiento habitual", afirma Watkins.
Según comenta, "esto es emocionante, ya que sugiere que la TCC ayuda a los pacientes a obtener un control más fácil sobre la rumiación o la hace menos habitual. Necesitamos urgentemente nuevas formas de reducir la rumiación en este grupo para mejorar la salud mental de nuestros jóvenes".
A continuación, los investigadores se centrarán en demostrar la eficacia de la RF-CBT en una muestra más amplia con un control de tratamiento activo, lo que incluye la continuación del trabajo en Ohio State, el Nationwide Children's Hospital, la Universidad de Exeter, la Universidad de Utah y el Utah Center for Evidence Based Treatment. En el futuro, habrá que reforzar el acceso a los adolescentes en entornos clínicos y mejorar las formas de aprender cómo ayuda este tratamiento a jóvenes con trastornos similares.
"Nuestro trabajo sugiere un método respaldado por la ciencia para romper el ciclo de rumiación y refuerza la idea de que nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto para fomentar hábitos mentales más saludables --concluye Langenecker--. Nuestro equipo de investigación agradece a los jóvenes y las familias que participaron en este estudio su compromiso y dedicación para reducir la carga de la depresión a través de la ciencia y el tratamiento, especialmente durante los retos de una pandemia mundial".