MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las relaciones sociales influyen en la salud física, pero sigue habiendo dudas sobre la naturaleza de esta conexión. Una nueva investigación publicada en la revista 'Social Psychological and Personality Science' sugiere que la forma en que se sienten las relaciones cercanas puede estar afectando al funcionamiento del cuerpo.
Estudios anteriores a menor escala habían examinado la conexión entre el conflicto o la satisfacción en las relaciones con los niveles de estrés y la presión arterial. La nueva investigación examina los efectos de las experiencias positivas y negativas de las relaciones en el organismo, así como el modo en que estas experiencias y los resultados de salud cambian de un día para otro.
"Tanto las experiencias positivas como las negativas en nuestras relaciones contribuyen a nuestro estrés diario, a nuestro afrontamiento y a nuestra fisiología, como la presión arterial y la reactividad del ritmo cardiaco --explica el autor principal, Brian Don, de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda)--. Además, no sólo importa cómo nos sentimos con nuestras relaciones en general, ya que los altibajos también son importantes".
En el transcurso de tres semanas, 4.005 participantes completaron controles diarios a través de su smartphone o smartwatch, proporcionando evaluaciones de su presión arterial, ritmo cardíaco, estrés, afrontamiento. Cada tres días, los participantes también compartieron reflexiones sobre su relación más cercana, detallando sus experiencias positivas y negativas.
Los investigadores descubrieron que, por término medio, las personas con más experiencias positivas y menos negativas presentaban menos estrés, mejor capacidad de afrontamiento y menor reactividad de la presión arterial sistólica, lo que se traducía en un mejor funcionamiento fisiológico en la vida cotidiana.
Por el contrario, la variabilidad --o los altibajos diarios-- de las experiencias negativas en las relaciones, como los conflictos, predecían especialmente resultados como el estrés, el afrontamiento y la presión arterial sistólica general.
El doctor Don señala que una implicación más amplia de este estudio es que es importante tener en cuenta cómo los factores estresantes externos, como la pandemia COVID-19, pueden afectar a las relaciones de las personas y, por tanto, a su salud física.
"Desde la pandemia las relaciones se han enfrentado a retos, turbulencias y cambios sin precedentes --recuerda Don--. Lo que esto significa es que la pandemia puede tener implicaciones para la salud no sólo por el virus en sí, sino también indirectamente como resultado del impacto que tiene en las relaciones de las personas".
Según apunta, "dado que la pandemia ha creado una tensión, turbulencia y variabilidad considerables en las relaciones de las personas, puede alterar indirectamente el estrés, el afrontamiento y la fisiología en la vida cotidiana, todo lo cual tiene importantes implicaciones para el bienestar físico".
En cualquier caso, los investigadores advierten del peligro de interpretar el estudio como una prueba de que las experiencias en las relaciones tienen efectos fisiológicos. En cambio, los resultados contienen asociaciones de la vida cotidiana que ilustran cómo las relaciones y la salud física suelen estar entrelazadas. Las conclusiones causales, dice , deben reservarse para los estudios experimentales.
En el futuro sugiere que los investigadores vayan más allá de resultados como la presión arterial y la reactividad del ritmo cardiaco para comprender mejor cómo pueden afectar las relaciones a la salud.
"Sería útil examinar otros estados fisiológicos, como las respuestas neuroendocrinas o del sistema nervioso simpático como resultados de las experiencias diarias positivas y negativas de las relaciones, que podrían revelar diferentes pautas de asociación", concluye.