MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad McGill, en Canadá, aseguran que la empatía o capacidad de sentir y compartir las emociones con los demás está relacionada con los niveles de estrés, que aumentan en presencia de desconocidos, según los resultados de un trabajo que publica la revista 'Current Biology'.
La empatía está siendo cada vez más estudiada por los científicos ante el papel que puede jugar en trastornos psicológicos como el autismo. En muchos casos se usa el dolor como un estímulo ya que es parámetro fácil de medir. De hecho, en un trabajo previo los autores de este trabajo recurrieron a este enfoque para demostrar que la capacidad de empatizar puede detectarse en otros animales como los ratones.
En esta ocasión, compararon las reacciones de varios estudiantes sometidos a estímulos dolorosos en diversos escenarios: en solitario, acompañados de un amigo o con desconocidos.
En todos los casos, se pidió a los participantes sumergir su brazo en agua helada para calificar su dolor, y vieron que otorgaban la misma puntuación cuando estaban solos o con un extraño, pero aumentaba cuando estaban con un amigo.
"Puede parecer que sufrir más dolor en presencia de un amigo es una mala noticia, pero en realidad es una señal de que hay una fuerte relación entre ambas personas", según ha reconocido Jeffrey Mogil, autor del trabajo.
Estudios previos en laboratorio habían demostrado estos mismos resultados en ratones, de modo que cuando dos ratones están familiarizados el uno con el otro, por ejemplo si comparten jaula, sentían más dolor ante un estímulo que cuando se sometían a la misma experiencia dolorosa solos.
Pero este trabajo es el primero demostrar en humanos la misma barrera a la empatía que representa la presencia de extraños. Y para tratar de buscar una explicación a esta barrera, los expertos trataron de observar si podía deberse al mayor estrés que causa estar cerca de un extraño.
Para ello, los investigadores probaron a administrarar tanto en ratones como humanos metopirona, fármaco que regula la reacción de "huida o lucha" del estrés, y en ambos casos se vio como mostraban más empatía por el extraño, ya que la puntuación del dolor era mayor. Y para confirmarlo, se volvió a juntar a los participantes con otra pareja de extraños con los que, en esta ocasión sin fármaco, estuvieron jugando a un videojuego antes de medir su dolor y "estrés social".
Después de sólo 15 minutos, estos participantes mostraron empatía hacia los extraños cuando experimentaron el dolor causado por el agua helada. "Resulta que incluso una experiencia compartida que es tan superficial como jugar juntos a un videojuego puede cambiar a la gente", según los expertos.