MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
La bióloga Sara García, primera mujer española seleccionada para la reserva de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha expresado su confianza en que el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y sus investigadores "no se vean damnificados" por las críticas a la gestión de su directora, María Blasco.
La astronauta española, que ha publicado su primer libro, 'Órbitas' (Penguin Random House), ha evitado opinar sobre la gestión científica y económica del CNIO, donde lidera distintos proyectos, y las críticas hacia su directora y ha apuntado que se tomará la decisión en los organismos pertinentes, en este caso el patronato.
Sin embargo, ha defendido que la "calidad, talento y pasión" que sienten todos los investigadores "por mejorar las cosas, especialmente en el ámbito de la oncología, es la misma desde hace años, se mantiene y seguirá siendo así a lo largo de los años". "Hay muchísimo talento, sigue siendo un buque insignia de investigación en nuestro país y espero que el centro y sus investigadores no se vean damnificados por todo lo que está ocurriendo ahora", ha recalcado.
Sara García cree que en el momento en el que empiezan a surgir noticias negativas "al final se acaba extrapolando y puede acabar impactando". "Cuando te bombardean con tantísima información puedes sacar conclusiones erróneas y me daría mucha pena que la sociedad pensase que el problema es el CNIO porque no es así", ha sentenciado.
"El CNIO sigue siendo un grandísimo centro de investigación, sus investigadores tienen muchísimo talento y están completamente comprometidos y dedican cientos, miles de horas a mejorar la vida de los pacientes. Eso no ha cambiado y eso seguirá siendo así", ha concluido.
ASTRONAUTA DE LA ESA
"Tanto Pablo (Álvarez) como yo somos astronautas de la ESA que representan a su país, la ciencia, una serie de valores y ahí no me puedo permitir no hacerlo bien, no estar a la altura, entonces intento dar lo mejor de mí misma y ahí todos mis miedos ni siquiera permito que permeen en mi cerebro", ha manifestado García en una entrevista a Europa Press.
A lo largo de seis capítulos, denominados 'órbitas' en la obra, la autora, con una combinación de autobiografía, ensayo y ficción, invita al lector a recorrer el camino imperfecto hacia la consecución de sus sueños.
Pero su sueño no siempre fue el de ser astronauta, ya que, entre otras profesiones, de pequeña soñaba con ser patinadora de supermercado, más concretamente de Continente (actual Carrefour).
"Cada vez que algo me generaba curiosidad, me motivaba o quería experimentarlo, me animaba a hacerlo. Y aprendí desde patinar, porque al final aprendí a patinar, hasta cocinar, hasta temas de ingeniería, hasta temas de ciencia, temas de moda. Me interesaban muchas cosas y cuando algo me interesaba lo exploraba", ha explicado.
Cuentacuentos, ingeniera, artista del origami, diseñadora de moda, crítica de cine, chef, leñadora, granjera, constructora, exploradora, adiestradora canina o jugadora de póquer profesional son otras de las profesiones con las que soñaba la ahora astronauta de la ESA.
"Algunas cosas han permeado, se han quedado latentes porque realmente han sido aficiones o incluso las he convertido en mi profesión, como puede ser la ciencia más centrada en la biología molecular. Otras las he probado, no me han gustado y las he olvidado. Pero al final, cuando algo me motivaba, lo perseguí. Eso es lo que ha dictado un poco mi vida, mi trayectoria", ha relatado la investigadora.
Sara García confiesa que siempre se ha preguntado en qué momento surgió su amor por la exploración, especialmente con toda la introspección y la reflexión que ha realizado al escribir este libro.
LA IMPORTANCIA DE TENER REFUERZOS POSITIVOS
"Siempre me he recordado así, no sé en qué momento surgió. Por eso digo que a lo mejor ya nací así, estaba en mi ADN de alguna forma y se potenció, mis padres potenciaron mucho esa curiosidad y me animaron a leer, a explorar, a aprender todo tipo de cosas. Cuando al final tienes un refuerzo positivo a una experiencia la perpetúas", ha asegurado.
Aunque actualmente es capaz de dar conferencias ante cientos de personas y de hacer decenas de entrevistas, la astronauta nacida en León narra que de joven era una chica tímida y con miedos, algo que ha conseguido superar "con perseverancia" y siendo consciente de cuáles son sus limitaciones, puntos débiles y trabajando en conseguir herramientas para lidiar con ello.
En este sentido, ha destacado que, al exponerte a tus miedos, "personalmente te percatas de que no era para tanto": "Ese es un primer paso y luego es seguir adquiriendo herramientas y ver qué puedo hacer para sentirme más cómoda hablando en público, aumentar la confianza en mí misma y perder el miedo a quedar en ridículo".
Los juegos de su infancia estaban basados principalmente en su creatividad y en los libros, algo muy distinto del entretenimiento de muchos niños en la actualidad, basado más en la utilización de dispositivos digitales.
Para la científica, que ha subrayado que los niños no jugaban igual hace 100 años, que hace 50, que hace 10 y que ahora, se le puede sacar un punto "muy positivo" al uso de las pantallas. "La idea es darle un uso positivo a esas pantallas", ha recalcado a Europa Press.
Precisamente, ha recordado que ha estado con estudiantes de entre 8 y 16 años que utilizan las pantallas, por ejemplo, para programar pequeñas aplicaciones que ayuden a solucionar problemas del día a día, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible o lidiar con problemas como la contaminación o la soledad no deseada: "Utilizan esos pequeños juegos, esas programaciones de las pantallas para crear ellos mismos soluciones".
No obstante, ha puntualizado que también se le puede dar un uso "muy negativo" a las pantallas, tanto por el efecto y la influencia que tienen las redes sociales, especialmente en los más jóvenes, como por perderse el pasar tiempo al aire libre o "utilizar la creatividad cuando no tienes tecnología en tus manos". "Al final es cuestión de equilibrio, como todo en esta vida", ha comentado.
EL BULLYING MARCÓ SU PERSONALIDAD
Uno de los problemas de su vida que ha marcado "bastante" su personalidad es el haber recibido insultos por su aspecto físico en el colegio. Por ello, la científica ha recomendado que, si hay niños y niñas que estén sufriendo bullying, acoso, que sientan que algo les está mermando su confianza y su autoestima, "que no se lo guarden, que lo compartan, que lo hablen, que intenten ponerle solución de raíz desde el inicio".
"Cuando somos niños pensamos que eso que sentimos, ese dolor, esa pena, esa vergüenza, esa falta de autoestima, solo nos ocurre a nosotros. Luego te das cuenta de que no, el problema es que te das cuenta de adulto, cuando estás metida en el barro y eres una niña pequeña piensas que solo te ocurre a ti. Entonces, tener ese valor de compartirlo con otras amigas, con tu familia, con profesores, puede ayudar mucho", ha defendido.
Sara García ha finalizado ya los dos meses intensivos de entrenamiento (ART, por sus siglas en inglés) en la Agencia Espacial Europea. Durante esta formación, se enfrentó a unos ejercicios de supervivencia en condiciones invernales, algo que le ha resultado más fácil de superar tras haber acudido a un campamento militar (Kampamento Krusty), una experiencia que, en sus palabras, fue "un poco extrema"
"Ese campamento ha hecho que relativice todo lo posterior que ha pasado en mi vida. Si pude superar eso pude superar cualquier cosa. El entrenamiento de supervivencia en frío de la ESA ha sido exigente, pero tan gratificante que no puedo quedarme con un momento negativo", ha afirmado.