MADRID, 24 Feb. (EDIZIONES) -
El ictus es una de las principales causas de discapacidad y muerte en todo el mundo, especialmente en adultos mayores. Este trastorno se presenta cuando hay una interrupción en el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que puede provocar daño cerebral irreversible. Existen varios factores de riesgo asociados al ictus, como la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto, pero el tabaquismo ha sido identificado como un factor determinante en su aparición, incluso en personas más jóvenes.
En particular, el tabaquismo intenso se ha relacionado con los llamados accidentes cerebrovasculares criptogénicos, aquellos en los que no se puede identificar una causa clara para la obstrucción del flujo sanguíneo.
En los últimos años, incremento de riesgo de sufrir un ictus inexplicable en adultos jóvenes, lo que resalta la importancia de evitar este háb
Fumar, en particular el tabaquismo intenso, está relacionado con algunos accidentes cerebrovasculares inexplicables en adultos jóvenes, principalmente en individuos masculinos y en personas de 45 a 49 años, según un estudio de la Academia Estadounidense de Neurología, publicado en 'Neurology'.
Un accidente cerebrovascular sin causa conocida, llamado accidente cerebrovascular criptogénico, es un tipo de accidente cerebrovascular isquémico causado por un bloqueo del flujo sanguíneo, pero no está claro qué ha provocado el bloqueo. Los síntomas incluyen debilidad, dificultad para hablar y problemas de visión. Los accidentes cerebrovasculares pueden ser fatales. La mayoría de los accidentes cerebrovasculares ocurren después de los 65 años.
"Aunque fumar se ha relacionado desde hace mucho tiempo con el ictus isquémico, se sabe poco sobre cómo afecta el tabaquismo a las personas menores de 50 años, especialmente a aquellas que sufren un ictus sin causa aparente", insiste Phillip Ferdinand, de la Universidad de Keele en el Reino Unido y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología.
FUMAR ES UN FACTOR DE RIESGO
"Investigaciones recientes han demostrado un aumento en la cantidad de personas más jóvenes que sufren estos ictus sin causa aparente, por lo que es importante evaluar cualquier posible vínculo. Nuestro estudio descubrió que fumar puede ser un factor clave", señala.
Para el estudio, los investigadores analizaron a 546 personas de entre 18 y 49 años que habían sufrido un ACV sin causa aparente. Se los comparó por edad y sexo con 546 personas que no habían sufrido un ACV. Los participantes respondieron preguntas sobre sus hábitos de fumar, consumo de alcohol, nivel de educación, inactividad física y otras condiciones de salud.
Los investigadores revisaron las respuestas para determinar qué factores pueden estar relacionados con un ACV sin explicación. Los investigadores descubrieron que las personas que habían sufrido un ACV sin causa aparente eran más propensas a fumar. De aquellos que habían sufrido un ACV sin causa aparente, el 33% fumaba, en comparación con el 15% de los que no habían sufrido un ACV.
Tras ajustar los factores que podrían afectar el riesgo de sufrir un ACV, como el nivel educativo, el consumo de alcohol y la presión arterial, los investigadores descubrieron que las personas que fumaban tenían más del doble de riesgo de sufrir un ACV sin causa aparente en comparación con las que no fumaban. También descubrieron que el riesgo era mayor en los participantes masculinos, que tenían más del triple de riesgo, y también en las personas de entre 45 y 49 años, que tenían casi el cuádruple de riesgo.
Los investigadores también analizaron la intensidad del tabaquismo, es decir, la cantidad de cigarrillos que fumaba una persona al día. Las personas que fumaban el equivalente a más de 20 paquetes al año tenían más de cuatro veces el riesgo de sufrir un ictus inexplicable en comparación con las que no fumaban. Este riesgo era especialmente alto en los participantes masculinos, con casi siete veces el riesgo, y en las personas de entre 45 y 49 años, que tenían casi cinco veces el riesgo.
"Nuestros hallazgos sugieren que los esfuerzos continuos de salud pública para prevenir el tabaquismo, especialmente el tabaquismo excesivo, pueden ser una forma importante de ayudar a reducir la cantidad de accidentes cerebrovasculares que ocurren en los jóvenes", concluye Ferdinand. Una limitación del estudio fue que se centró principalmente en personas de origen europeo blanco, por lo que los resultados podrían no ser los mismos para otras poblaciones.