SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del grupo NeurObesidad de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) han descubierto un novedoso mecanismo molecular que demuestra cómo el aumento de una proteína en el hipotálamo consigue que ratas obesas adelgacen sin dejar de comer, al tiempo que mejoran su estatus metabólico disminuyendo, además, la diabetes tipo 2 asociada.
Según informa la USC, la investigadora Cristina Contreras Jiménez está a la cabeza de este trabajo que parte de la idea de que uno de los mecanismos que subyace a la epidemia de la obesidad "es un mal funcionamiento del tejido adiposo pardo".
Como explica la investigadora, "en el cuerpo es posible identificar grasa blanca y parda: la primera acumula tejido adiposo como si se tratase de depósitos de energía, mientras que la parda actúa como una estufa, quemando la propia grasa para producir calor y mantener la temperatura corporal".
"¿Qué sucede en un organismo obeso? Básicamente disminuye el gasto calórico -la capacidad de quemar grasa- al tiempo que se incrementa la masa corporal. Por lo tanto, predominaría la grasa blanca frente a la parda", destaca.
El nuevo hallazgo que presenta Cristina Contreras en la revista 'Diabetes' demuestra que "aumentando la presencia de chaperona GRP78, proteína también conocida como BiP, en el hipotálamo de ratas obesas se consigue transformar la grasa branca en parda, un fenómeno conocido como browning y que produce la disminución de peso de estos animales", sostiene.
"La inactivación del tejido adiposo pardo durante la obesidad dificulta la 'quema' de grasas y la disipación de calor, por lo que al conseguir cambiar la grasa mala (la blanca) por la 'buena', estaremos en disposición de revertir la obesidad", argumenta la doctora Contreras.
LUCHA CONTRA LA OBESIDAD
La implicación inmediata de estos nuevos hallazgos, según destaca la investigadora, "permitirá identificar nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de la obesidad y el síndrome metabólico, que actualmente están alcanzando proporciones pandémicas en las sociedades occidentalizadas".
Además, la propia investigadora reafirma la necesidad de seguir profundizando en estos primeros resultados, "a pesar de que se conoce que el hipotálamo juega un papel importante regulando el metabolismo energético, los mecanismos moleculares implicados están comenzando a ser dilucidados, no obstante aún queda mucho por descubrir". "La ciencia se escribe muy despacio", ha concluido.