MADRID 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
El aumento de tres a cinco sustituciones en los partidos de fútbol, que se empezó a aplicar en la liga española en 2020, permite mantener mayores niveles de rendimiento físico e intensidad durante los partidos, especialmente en periodos de alta congestión de encuentros.
Así se desprende de un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) publicado en la revista 'Sport' y que la misma universidad ha dado a conocer este miércoles en una nota de prensa.
En la investigación se han incluido datos de 66 partidos de 22 equipos de LaLiga SmartBank (segunda división del fútbol español) y se han analizado más de 1000 informes de rendimiento de jugadores, excluyendo porteros y jugadores expulsados. Según los resultados obtenidos, el aumento en la rotación de los jugadores permite mejorar tanto el rendimiento individual como el colectivo, haciendo el juego más dinámico y seguro para los deportistas.
El paso de tres a cinco sustituciones se produjo tras la temporada 2019-2020, que estuvo marcada por la interferencia del Covid-19. La adecuación del calendario tras los meses de parón obligó a concentrar varios partidos en un periodo de tiempo menor, de modo que el descanso entre partidos se redujo. En ese momento se tomó la decisión de cambiar el reglamento en favor de la salud física de los jugadores y del ritmo de la competición. La FIFA autorizó establecer el límite de cambios en cinco jugadores en tres ventanas de cambio, esto es, se añadieron dos posibles cambios adicionales a los que se permitían antes del parón por la pandemia.
El objetivo de este estudio, desarrollado por la UPM junto con LaLiga, fue evaluar el impacto de la regla de cinco sustituciones en las variables de intensidad física en el fútbol antes y después del aislamiento. El estudio buscó determinar si la nueva norma ayudó a mantener o mejorar la intensidad del juego y reducir el desgaste físico de los jugadores. Además, se exploró su potencial para prevenir lesiones y optimizar el rendimiento colectivo. Para ello, se tomaron datos de un periodo congestionado de partidos anterior a la Covid-19, como fueron las jornadas 8, 9 y 10, que se disputaron en una misma semana, y de las jornadas 32, 33 y 34, que fueron las primeras tras la vuelta del parón.
La nueva norma supuso un cambio significativo en la rotación de los jugadores, ya que las sustituciones se incrementaron un 21,7%, según los datos analizados. En cuanto a la distancia total recorrida tras la norma de los cinco cambios, los investigadores encontraron que los jugadores que jugaron todo el partido promediaron 10,105 kilómetros, mientras que los que fueron sustituidos en la segunda mitad, llegaron a los 10,847 kilómetros.
Asimismo, si se clasifica la distancia total recorrida según la intensidad de las carreras --alta intensidad (14-21km/h), muy alta intensidad (21-24km/h) y esprint (>24km/h)--, las distancias recorridas a alta intensidad evidenciaron que el ritmo de la competición fue mayor en el periodo donde se aplicó la norma de los cinco cambios, del mismo modo que la distancia recorrida a muy alta intensidad aumentó en ambas mitades del partido, siendo más significativo en la segunda parte. Finalmente, con la nueva norma, los jugadores realizaron un 24% más de esprints por partido.
Estos resultados permiten concluir que la implementación de la norma de cinco sustituciones ha demostrado ser una medida efectiva para mejorar el rendimiento físico de los jugadores y mantener el ritmo del juego en el fútbol. Este aumento en la rotación de los jugadores permite mejorar tanto el rendimiento individual como el colectivo, haciendo el juego más dinámico y seguro para los deportistas.
El investigador de la UPM, Abraham García-Aliaga, ha sugerido la realización de futuros estudios que profundicen en la relación entre las sustituciones y el rendimiento físico de los jugadores, pero con un enfoque específico en las posiciones en el campo. "Cada posición presenta demandas físicas y tácticas distintas, lo que podría influir significativamente en cómo se gestionan las sustituciones y el impacto que estas tienen en el rendimiento. Analizar los datos por posiciones permitiría identificar patrones específicos y optimizar tanto la preparación física como las estrategias de sustitución".
El investigador ha añadido, además, que "las sustituciones pueden ser defensivas u ofensivas, dependiendo de la situación del partido, lo que refuerza la necesidad de considerar el contexto táctico y las características particulares de cada posición para mejorar la gestión del ritmo de juego y reducir la fatiga acumulada en los jugadores".