MADRID, 3 Oct. (EDIZIONES) -
Este lunes el Instituto Karolinska otorgaba al japonés Yoshinori Ohsumi el Premio Nobel de Medicina 2016 por descubrir y aclarar los mecanismos que subyacen a la autofagia, un proceso fundamental para el ser humano ya que permite la supervivencia de la células en situaciones de estrés y participa en la muerte celular.
La autofagia se conoce desde hace más de 50 años, pero su importancia en la fisiología y la medicina no fue reconocida hasta la década de 1990, precisamente gracias a los descubrimiento de Oshumi, quien estudió la función de las proteínas codificadas por los genes clave en la autofagia y delineó cómo las señales de estrés inician la autofagia y el mecanismo por el cual las proteínas y complejos de proteínas promueven distintas etapas de su desarrollo.
Pero ¿qué es la autofagia? Literalmente sería 'comerse a si mismo', porque supone el proceso en el que las células se autodestruyen. Siendo más concreto, desde el Centro Superior de Investigaciones Científicas explican a Infosalus que la autofagia es un proceso de degradación intracelular que permite el reciclaje de componentes celulares para mantener el equilibrio celular (homeostasia). No se trata de la muerte de la célula, "es el proceso de supervivencia de la célula", señalan.
Por verlo de una manera sencilla, sería un proceso celular que se encarga de la degradación y reciclaje de componentes celulares con el objetivo de que el organismo se mantenga estable. Además, tiene un papel esencial en la obtención de nutrientes en condiciones de ayuno, en la degradación de orgánulos (estructuras contenidas en el citoplasma de las células) dañados, por lo que supone un mecanismo que permite a las células sobrevivir en condiciones de estrés.
Durante la autofagia, porciones del citosol (fluido intracelular), incluyendo orgánulos completos, son englobadas en una doble membrana que se cierra para formar un autofagosoma o vacuola de autofagia, que se fusionará permitiendo el reciclaje de los componentes englobados.
Sin embargo, también se ha observado en la muerte celular tanto durante el desarrollo así como durante las enfermedades neurodegenerativas. Precisamente, desde el CIB-SCIC se están estudiando los mecanismos moleculares de la autofagia durante el desarrollo del sistema nervioso y los procesos neurodegenerativos para determinar en qué situaciones la autofagia supone un mecanismo citoprotector o si alternativamente también puede ser un mecanismo de muerte celular programada.
AUTOFAGIA Y ENFERMEDADES
La autofagia se ha relacionado con la enfermedad de Parkinson, la diabetes tipo 2 y otros trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer o la demencia. Se ha observado que las mutaciones en los genes relacionados con la autofagia pueden causar enfermedades genéticas, y las alteraciones en el proceso de la autofagia también se han relacionado con el cáncer.
Asimismo, después de la infección, se encarga de eliminar la invasión de bacterias y virus intracelulares. Además, contribuye al desarrollo embrionario y la diferenciación celular. Y, en general, las células también utilizan la autofagia para eliminar las proteínas y orgánulos dañados, un mecanismo de control de calidad que es fundamental para contrarrestar las consecuencias negativas del envejecimiento.