MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Descubrimiento de la Biomedicina de la Universidad de Monash, en Australia, han logrado un gran avance en la comprensión del papel que desempeñan los genes inmunitarios de alto riesgo asociados al desarrollo de la artritis reumatoide (AR).
Los hallazgos, publicados en 'Science Immunology', son el resultado de una colaboración de siete años dirigida por la Universidad de Monash, en la que han participado Janssen Research and Development, de Estados Unidos, y el Instituto Karolinska, de Suecia.
Ciertos genes del sistema inmunitario, denominados antígeno leucocitario humano (HLA)-DR4, provocan una mayor susceptibilidad a la AR. En este estudio, utilizando ratones modificados genéticamente para expresar la molécula HLA-DR4 humana, el equipo examinó, a nivel molecular y celular, cómo las células T reconocen estas moléculas HLA-DR4. El equipo también demostró que receptores de células T muy similares, probablemente con características de reconocimiento parecidas, también están presentes en humanos "susceptibles a la AR" que expresan estas moléculas HLA.
"Esto sugiere que puede haber una firma inmunológica en el desarrollo de la AR, lo que proporciona una vía potencial para el desarrollo de diagnósticos o una ventana de oportunidad para el desarrollo terapéutico", dice el doctor Hugh Reid, que codirigió el estudio con el profesor Jamie Rossjohn y la profesora Nicole La Gruta en la Universidad de Monash.
Con la ayuda del Sincrotrón Australiano, los investigadores pudieron determinar la estructura de los complejos moleculares que se forman durante la interacción entre los receptores de células T y las proteínas de unión alteradas unidas al HLA-DR4. Con esta información, pudieron averiguar qué era lo importante en esta respuesta deletérea de las células T.
"Esta investigación es un excelente ejemplo de cómo los esfuerzos de colaboración entre los principales socios académicos e industriales pueden conducir a avances en la ciencia básica que, a su vez, proporcionan vías para el desarrollo de mejores terapias para enfermedades comunes", señala Reid.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que afecta a cerca del 1% de la población mundial. Se caracteriza por la hinchazón, el dolor y la rigidez de las articulaciones, con la consiguiente limitación de la movilidad de los enfermos.
Los científicos de Monash han descubierto cómo las células T reconocen las proteínas articulares alteradas en complejo con las moléculas HLA de "susceptibilidad" y han avanzado en la comprensión de cómo estas moléculas HLA pueden predisponer a los individuos al desarrollo de la enfermedad. La información proporcionada puede ser de gran ayuda para alcanzar el objetivo a largo plazo de producir medicamentos personalizados y/o intervenciones preclínicas para tratar la AR.