MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los probióticos pueden ayudar a mantener un microbioma intestinal sano o a restablecer las poblaciones de "bacterias buenas" tras un tratamiento intenso con antibióticos. Pero ahora, también podrían utilizarse como una estrategia de tratamiento eficaz para ciertas enfermedades intestinales, como la enfermedad de Crohn.
Unos investigadores han desarrollado un sistema de administración de probióticos en forma de microgel que mantiene a salvo las bacterias "buenas" y elimina activamente las "malas". En ratones, el sistema trató la inflamación intestinal sin efectos secundarios, según publican en la revista 'ACS Central Science'.
En el aparato digestivo existe un delicado equilibrio entre las poblaciones bacterianas. Cuando este equilibrio se altera, las bacterias malas pueden apoderarse del colon, inflamándolo y provocando colitis. Ciertas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Crohn, cursan con colitis crónica y actualmente requieren inmunosupresores para tratarlas. Estos fármacos son caros e inespecíficos, y a veces dan lugar a bacterias resistentes a los antibióticos.
Una estrategia alternativa consiste en administrar bacterias beneficiosas, o probióticos, para ayudar a restablecer el equilibrio. Pero para llegar al colon, un tratamiento debe pasar primero por la acidez estomacal, resistir a ser eliminado por el intestino y luego luchar por un espacio junto a las numerosas bacterias invasoras.
La combinación de probióticos con un sistema de administración de fármacos podría hacer viable esta estrategia, aunque la mayoría de los enfoques actuales se limitan a proteger los probióticos de la digestión sin afectar a los microbios responsables de la enfermedad.
Los investigadores de la Universidad de Zhengzhou (China) Zhenzhong Zhang, Junjie Liu, Jinjin Shi y sus colegas querían combinar los probióticos con esferas de microgel especializadas que no sólo protegieran a las bacterias buenas, sino que también ayudaran activamente a eliminar las malas.
Para crear su sistema, los investigadores combinaron nanopartículas de alginato sódico, tungsteno y calcio en pequeños microgeles esféricos y los recubrieron con bacterias probióticas beneficiosas. Los geles protegieron a las bacterias en su paso por el estómago y aumentaron su tiempo de retención en el colon.
Una vez allí, las proteínas calprotectinas, muy expresadas durante la colitis, se unieron al calcio y desmontaron los geles, permitiendo la salida del tungsteno. Al desplazar al molibdeno en un sustrato enzimático clave de la bacteria mala 'Enterobacteriaceae', el wolframio inhibió el crecimiento del microbio sin afectar a los probióticos.
En experimentos con un modelo de ratón con colitis, el sistema permitió que los probióticos proliferaran en el intestino sin efectos secundarios. Además, los ratones con las esferas de microgel no mostraron muchas de las características de la colitis, como colones acortados o barreras intestinales dañadas, lo que demuestra que el sistema de administración podría ser una estrategia de tratamiento viable.
Aunque los investigadores también quieren probar su utilidad en modelos preclínicos más avanzados, afirman que este trabajo aporta una nueva perspectiva a los tratamientos con probióticos colonizadores.