MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las bacterias que causan la fiebre tifoidea son cada vez más resistentes a algunos de los antibióticos más importantes para la salud humana, según un estudio publicado en la revista científica 'The Lancet Microbe'.
Esta investigación, el mayor análisis del genoma de 'Salmonella enterica serovar Typhi' ('S. Typhi'), también revela que las cepas resistentes, casi todas originarias del sur de Asia, se han extendido a otros países casi 200 veces desde 1990.
La fiebre tifoidea es un problema de salud pública mundial, que causa 11 millones de infecciones y más de 100.000 muertes al año. Aunque es más frecuente en el sur de Asia (que representa el 70% de la carga mundial de la enfermedad), también tiene importantes repercusiones en el África subsahariana, el sudeste asiático y Oceanía, lo que pone de manifiesto la necesidad de una respuesta mundial.
Los antibióticos pueden utilizarse para tratar con éxito las infecciones de fiebre tifoidea, pero su eficacia se ve amenazada por la aparición de cepas de 'S. Typhi' resistentes. Hasta ahora, el análisis del aumento y la propagación de 'S. Typhi' resistente ha sido limitado, y la mayoría de los estudios se han basado en muestras pequeñas.
Los autores del nuevo estudio realizaron la secuenciación del genoma completo en 3.489 aislados de 'S. Typhi' obtenidos de muestras de sangre recogidas entre 2014 y 2019 de personas de Bangladesh, India, Nepal y Pakistán con casos confirmados de fiebre tifoidea. También se secuenció una colección de 4.169 muestras de 'S. Typhi' aisladas en más de 70 países entre 1905 y 2018 y se incluyó en el análisis.
Los genes que confieren resistencia en los 7.658 genomas secuenciados se identificaron utilizando bases de datos genéticos. Las cepas se clasificaron como multirresistentes (MDR) si contenían genes que otorgaban resistencia a los antibióticos clásicos de primera línea ampicilina, cloranfenicol y trimetoprima/sulfametoxazol. Los autores también rastrearon la presencia de genes que confieren resistencia a los macrólidos y las quinolonas, que se encuentran entre los antibióticos más importantes para la salud humana.
El análisis muestra que las cepas de 'S. Typhi' resistentes se han propagado entre países al menos 197 veces desde 1990. Si bien estas cepas se produjeron con mayor frecuencia en el sur de Asia y desde el sur de Asia hasta el sudeste asiático, el este y el sur de África, también se han notificado en el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá.
Desde el año 2000, el 'S. Typhi' MDR ha disminuido constantemente en Bangladesh e India, y se ha mantenido bajo en Nepal (menos del 5% de las cepas de tifus), aunque ha aumentado ligeramente en Pakistán. Sin embargo, estas están siendo sustituidas por cepas resistentes a otros antibióticos.
Por ejemplo, las mutaciones genéticas que dan resistencia a las quinolonas han surgido y se han propagado al menos 94 veces desde 1990, y casi todas ellas (97%) se han originado en el sur de Asia. Las cepas resistentes a las quinolonas representaban más del 85 por ciento de 'S. Typhi' en Bangladesh a principios de la década de 2000, y aumentaron a más del 95 por ciento en India, Pakistán y Nepal en 2010.
Las mutaciones que causan resistencia a la azitromicina (un antibiótico macrólido ampliamente utilizado) han surgido al menos siete veces en los últimos 20 años. En Bangladesh, las cepas que contienen estas mutaciones surgieron alrededor de 2013, y desde entonces el tamaño de su población ha aumentado constantemente.
Los hallazgos se suman a las recientes pruebas del rápido aumento y propagación de cepas de 'S. Typhi' resistentes a las cefalosporinas de tercera generación, otra clase de antibióticos de importancia crítica para la salud humana.
"La velocidad a la que han surgido y se han propagado en los últimos años cepas de 'S. Typhi' altamente resistentes es un verdadero motivo de preocupación, y pone de manifiesto la necesidad de ampliar urgentemente las medidas de prevención, sobre todo en los países de mayor riesgo. Al mismo tiempo, el hecho de que las cepas resistentes de 'S. Typhi' se hayan propagado internacionalmente tantas veces también subraya la necesidad de considerar el control de la fiebre tifoidea, y la resistencia a los antibióticos en general, como un problema global y no local", ha explicado el autor principal del trabajo, el doctor Jason Andrews, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos).