Bacterias y hongos del Sáhara ocupan cielos del sur de Europa de forma continuada y su impacto en la salud no es puntual

Imagen de las masas de aire con polvo sahariano (color marrón).
Imagen de las masas de aire con polvo sahariano (color marrón). - NASA
Publicado: martes, 18 febrero 2025 13:11

Su impacto en los ecosistemas y la salud humana no es puntual sino persistente

MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un estudio con investigadores españoles ha demostrado que bacterias y hongos provenientes de los suelos de los desiertos del norte de África ocupan los cielos del sur de Europa de forma continuada, incluso mucho tiempo después de las grandes inyecciones de polvo sahariano que producen los episodios de calima, de modo que su impacto en los ecosistemas y la salud humana no es puntual, sino continuo.

Esta ha sido la conclusión a la que han llegado los expertos del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) en su investigación, cuyos resultados se han recopilado y dado a conocer en un artículo publicado en la revista 'Environmental Microbiology'.

Para llegar a esta conclusión, han analizado el ADN de las muestras de lluvia recogidas desde 1987 hasta 2014 en el macizo del Montseny, ubicado en la cordillera Prelitoral catalana. En concreto, han utilizado técnicas de secuenciación masiva y han comparado los resultados con suelos de desiertos del norte de África y datos genéticos de otros suelos de todo el mundo. A su vez, también han recreado el movimiento de las grandes masas de aire que dispersan los microorganismos a nivel global mediante simulación informática.

Y es que el polvo del desierto, que contiene microorganismos que permanecen vivos, viaja constantemente miles de kilómetros dentro de las corrientes persistentes de las capas altas de la atmósfera. Al final, cae con la lluvia o la nieve, que lo arrastra hacia la tierra. Por ello, los científicos pueden identificar qué microbios han recorrido distancias intercontinentales a través del análisis de las muestras de precipitación y datos de satélite. Según han explicado los autores, las muestras se han recogido en zonas de montaña para evitar confusiones con la contaminación local.

La conclusión a la que ha llegado el estudio contradice la percepción deriva de estudios aerobiológicos previos, que concluyeron que la microbiota presente en entornos locales es generada en su mayoría por los ecosistemas vecinos. En el texto, los investigadores han subrayado la importancia de seguir estudiando estos fenómenos ya que tienen un impacto directo tanto en la naturaleza, como la fertilización de los suelos; como en la salud humana, con el aumento de alergias o la propagación de genes resistentes a los antibióticos.

Además, han señalado que todo esto cobra aún más relevancia en el escenario de cambio climático en el que se prevé la expansión de las zonas áridas y alteraciones en la circulación atmosférica debido a la actividad humana. La investigación se enmarca en el proyecto AEROSMIC, financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y por la red de seguimiento ecológico a largo plazo (LTER).

El investigador del CEAB-CSIC y primer autor del estudio, Joan Cáliz, ha explicado que el fenómeno reflejado en el informe es un mecanismo que "probablemente también se da en otras regiones áridas del planeta y genera situaciones similares". Por su lado, la investigadora del CREAF y coautora del estudio, Anna Àvila, responsable de la recogida de muestras durante todo el período analizado, ha destacado que el conocimiento obtenido con colecciones temporales como la de la lluvia del Montseny pone de relieve la importancia de disponer de muestreos a largo plazo.

Asimismo, el jefe del Laboratorio de Ecología y Complejidad del Microbioma Global del CEAB-CSIC y director del estudio, Emili Casamayor, ha señalado que estos microorganismos que llegan de manera persistente a los cielos del sur de Europa pueden tener efectos a escala local, ya sean positivos o negativos.

De esta manera, pueden ayudar a establecer comunidades biológicas en ambientes remotos, pero también se ha constatado en trabajos previos que patógenos --la mayoría de plantas-- y genes de resistencia a antibióticos --con un impacto más directo en la salud humana-- están presentes en esta microbiota difusa y persistente que viaja por el aire por todo el mundo

"Comprender los mecanismos naturales que generan la movilización planetaria de estos microorganismos y cómo la acción humana a nivel local puede acelerarla o minimizarla por los cambios en el uso del agua y la tierra puede ayudar a revertir procesos y generar conocimiento científico para la gestión saludable del territorio", ha indicado.

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