MADRID 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con melanoma que reciben una terapia que ayuda a su sistema inmunitario a eliminar las células cancerosas responden al tratamiento de forma diferente según los tipos de microbios que haya en su intestino, y una nueva investigación sugiere que los microorganismos que dificultan la terapia tienen más influencia que los beneficiosos.
Los resultados de una colaboración en la que han participado investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, el Instituto Nacional del Cáncer, el Laboratorio Nacional Frederick para la Investigación del Cáncer y la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, se publican en la revista 'Nature Medicine'.
La investigación es un paso clave en la lucha contra múltiples tipos de cáncer, incluido el melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel, señala Andrey Morgun, de la Facultad de Farmacia de la OSU. "Nuestros hallazgos arrojan nueva luz sobre la complicada interacción entre el microbioma intestinal y la respuesta a la inmunoterapia contra el cáncer, y marcan el rumbo de futuros estudios", afirma.
El melanoma, uno de los cánceres más agresivos, mata al hacer metástasis o extenderse a otros órganos como el hígado, los pulmones y el cerebro.
El nuevo estudio se refiere a una técnica terapéutica denominada bloqueo de puntos de control inmunitarios, a menudo denominada por sus siglas ICB, que ha revolucionado el tratamiento del melanoma y del cáncer en general.
La terapia ICB se basa en fármacos inhibidores que bloquean unas proteínas llamadas puntos de control que producen ciertas células del sistema inmunitario -las células T, por ejemplo- y también algunas células cancerosas.
Los puntos de control ayudan a evitar que las respuestas inmunitarias sean demasiado fuertes, pero a veces eso significa impedir que las células T maten a las células cancerosas. Así, cuando se bloquean los puntos de control, las células T pueden hacer un mejor trabajo para eliminar las células cancerosas.
Según Morgun, la BCI ha supuesto un "cambio de juego" en la terapia contra el cáncer, y varios estudios han demostrado que la microbiota intestinal de los pacientes influye en su respuesta. El microbioma intestinal humano es una compleja comunidad de más de 10 billones de células microbianas que representan aproximadamente 1.000 especies bacterianas diferentes.
Morgun y sus colaboradores analizaron los datos de múltiples cohortes de pacientes con melanoma que recibían un tipo de BCI conocido como terapia con proteína de muerte celular programada, abreviada como terapia anti-PD-1.
Entre otros métodos, utilizaron una técnica de modelado informático, el análisis de redes transkingdom, inventada por Morgun y Natalia Shulzhenko, del Colegio de Medicina Veterinaria Carlson del Estado de Oregón, para determinar qué bacterias se asociaban a una mejor o peor respuesta al tratamiento.
"Establecimos múltiples microbiotipos y algunos de ellos estaban claramente correlacionados con la respuesta a la inmunoterapia contra el cáncer --recuerda Morgun--. Dos firmas microbianas -una comparativamente pesada con especies de 'Lachnospiraceae,' la otra comparativamente pesada con especies de 'Streptococcaceae'- estaban conectadas con una respuesta clínica favorable y desfavorable, respectivamente".
Los resultados también sugieren que, aproximadamente un año después del inicio del tratamiento, la microbiota intestinal se convierte en un factor dominante en la respuesta a la terapia, y que los microbios que perjudican la terapia parecen desempeñar un papel más importante que los que la mejoran, añade.