Los beneficios de la estimulación cerebral profunda para tratar la depresión

Imagen de los autores del estudio, Javier de Diego y Dolors Puigdemont
Imagen de los autores del estudio, Javier de Diego y Dolors Puigdemont - HOSPITAL DE LA SANTA CREU I SANT PAU
Publicado: miércoles, 28 junio 2023 11:51

BARCELONA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Institut de Recerca del hospital de la Santa Creu i Sant Pau - IIB Sant Pau han demostrado en un estudio que la estimulación cerebral profunda del giro subcalloso cingulado ofrece beneficios "significativos y duraderos" para tratar la depresión, informa el centro en un comunicado.

La revista 'The Journal of Clinical Psychiatry' ha publicado los resultados del trabajo en el que han analizado los datos de 16 pacientes con depresión mayor resistente que han recibido estimulación cerebral profunda del giro subcalloso cingulado de forma crónica durante 11 años.

La estimulación cerebral profunda es una técnica que consiste en implantar unos electrodos ultrafinos en el cerebro conectados a unos cables que van por debajo de la piel y llegan hasta un neuroestimulador, que normalmente se aloja en la región pectoral o abdominal.

Este neuroestimulador genera unos impulsos eléctricos cuyos parámetros pueden ser modificados mediante un mando externo hasta observar la respuesta deseada.

Los autores han recopilado datos demográficos, clínicos y del funcionamiento general antes de la cirugía y durante el seguimiento y los pacientes muestran "mejoras clínicas sostenidas" tras la intervención.

UN 50% DE LOS PACIENTES HAN ALCANZADO LA REMISIÓN

En concreto, un 75 por ciento de los pacientes han respondido al tratamiento y un 50 por ciento han alcanzado la remisión, es decir, una reducción de los síntomas por debajo del umbral considerado patológico, aunque no todos han conseguido una recuperación funcional completa.

Además, los efectos no son inmediatos, aunque suelen ser percibidos a lo largo de los primeros meses: el 55 por ciento de los pacientes han logrado la remisión en una media de 139 días después de la intervención quirúrgica.