MADRID 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las personas que viajan en bicicleta o caminando para ir y volver del trabajo o del estudio pueden tener menores riesgos de sufrir problemas de salud mental y física que aquellos que no dependen de estas opciones, según un gran estudio a largo plazo publicado en la revista de acceso abierto 'BMJ Public Health' por Bruce Whyte del Glasgow Centre for Population Health, en Reino Unido.
Si bien se observaron beneficios para la salud en ambos tipos de desplazamientos activos, los mayores se observaron en los ciclistas, entre quienes el riesgo de muerte por cualquier causa fue un 47 % menor, según muestran los resultados.
Se considera que viajar activamente es una de las formas más prácticas y sostenibles de aumentar la actividad física diaria, y hay cada vez más pruebas a favor de sus beneficios asociados para la salud, señalan los investigadores. Pero el conjunto de evidencia existente se ha visto obstaculizado por períodos de seguimiento cortos, grupos de edad estrechos y resultados de salud limitados, añaden.
En un intento de corregir estas deficiencias, los investigadores se basaron en datos representativos a nivel nacional del Estudio Longitudinal Escocés (SLS), que se basa en el 5% de la población escocesa derivada de los censos de 1991, 2001 y 2011. Los investigadores se centraron en personas de entre 16 y 74 años que viajaron a trabajar o estudiar en el Reino Unido en 2001. Tras las exclusiones por datos incompletos, el análisis final se basó en 82.297 personas.
Se pidió a los encuestados que seleccionaran el medio de transporte que utilizaban para la mayor parte, en términos de distancia, de su trayecto habitual al trabajo. El transporte activo se definió como caminar o ir en bicicleta. Todos los demás métodos de transporte se definieron como "inactivos".
Las respuestas se vincularon a las admisiones hospitalarias nacionales por todas las causas, enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes de tránsito; muertes por todas estas causas; y prescripciones para problemas de salud mental (sedantes, ansiolíticos y antidepresivos) desde 2001 hasta 2018 inclusive.
Se tuvieron en cuenta diversos factores potencialmente influyentes, como la edad, el sexo, las condiciones de salud preexistentes, así como los factores socioeconómicos y la distancia al trabajo o estudio.
Entre 2001 y 2018, fallecieron 4276 participantes (algo más del 5% del grupo de estudio), casi la mitad de ellos por cáncer (2023; 2,5%). Unos 52.804 (algo más del 64%) fueron ingresados en el hospital, 9663 (12%) de ellos por enfermedad cardiovascular, 5.939 (algo más del 7%) por cáncer y 2.668 (algo más del 3%) tras un accidente de tráfico. En total, a 31.666 participantes del estudio (38,5%) se les recetó un medicamento asociado con una enfermedad cardiovascular entre 2009 y 2018, y a 33.771 (41%) se les recetó un medicamento para la mala salud mental durante el mismo período.
En comparación con los trabajadores inactivos, quienes iban a pie al trabajo o al estudio tenían más probabilidades de ser mujeres, más jóvenes, trabajar por turnos, recorrer distancias más cortas y vivir en una ciudad. También tenían menos probabilidades de tener hijos a cargo y tendían a tener ingresos familiares y niveles educativos más bajos.
De manera similar, los ciclistas que se desplazaban al trabajo tenían más probabilidades de ser hombres, jóvenes, trabajadores por turnos y residentes en una ciudad, y tenían menos probabilidades de ser propietarios de viviendas o cuidadores.
Después de tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, el desplazamiento activo se asoció con menores riesgos de muerte y de mala salud mental y física en comparación con el desplazamiento "inactivo".
En concreto, desplazarse en bicicleta se asoció con un riesgo un 47% menor de muerte, un riesgo un 10% menor de ingreso hospitalario y un riesgo un 24% menor de ingreso hospitalario por enfermedad cardiovascular.
También se asoció con un riesgo 30% menor de que le recetaran un medicamento para tratar una enfermedad cardiovascular, un riesgo 51% menor de morir de cáncer y un riesgo 24% menor de ser ingresado en el hospital por la enfermedad, así como un riesgo 20% menor de que le recetaran medicamentos para problemas de salud mental. Pero los ciclistas que se desplazan al trabajo tenían el doble de probabilidades que los "inactivos" de ser ingresados en el hospital tras un accidente de tráfico.
El desplazamiento a pie se asoció con un riesgo un 11 % menor de ingreso hospitalario por cualquier causa y un riesgo un 10 % menor de ingreso hospitalario por enfermedad cardiovascular. También se asoció con un riesgo un 10 % y un 7 % menor, respectivamente, de que le receten medicamentos para tratar enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no se pueden extraer conclusiones firmes sobre los factores causales. Además, los investigadores reconocen que su investigación tiene varias limitaciones. Por ejemplo, las respuestas del censo reflejan solo un momento determinado y no incluyen los niveles generales de actividad física.
Además, los datos sobre prescripciones solo estaban disponibles a partir de 2009. Los datos del censo tampoco captaron los viajes multimodales, lo que dio lugar a una posible superposición entre viajeros activos e "inactivos", señalan.
No obstante, los investigaodres concluyen: "Este estudio refuerza la evidencia de que los desplazamientos activos tienen beneficios para la salud a nivel de la población y pueden contribuir a reducir la morbilidad y la mortalidad. El hecho de que los desplazamientos en bicicleta y a pie estén asociados a menores riesgos de que se les receten medicamentos para la mala salud mental es un hallazgo importante".
"Estos hallazgos aportan pruebas directas de los beneficios para la salud que aportan los desplazamientos activos al trabajo en un contexto escocés, lo que respalda la política actual --añade--. Este estudio tiene una relevancia global más amplia para los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono y cambiar a modos de viaje más activos y sostenibles".
Sin embargo, advierten: "Nuestro hallazgo de que los ciclistas que viajan diariamente al trabajo tienen el doble de riesgo de ser víctimas de accidentes de tráfico en comparación con los viajeros inactivos refuerza la necesidad de una infraestructura ciclista más segura".