MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), con la colaboración de expertos de la Universidad de las Islas Baleares, ha mostrado que los biomarcadores tienen diferente peso en la predicción de la enfermedad del Alzheimer, que este miércoles celebra su Día Mundial.
"Algunos test neuropsicológicos, el volumen del hipocampo y la actividad magnética cerebral tienen una capacidad predictiva muy alta para predecir el desarrollo del Alzheimer en dos años, desde una fase de deterioro cognitivo leve, con un cien por cien de sensibilidad y un 94,7 por ciento de especificidad", ha asegurado la autora principal del trabajo e investigadora del Laboratorio de Neurociencia Computacional y Cognitiva de la UCM, María Eugenia López.
Para realizar el estudio, publicado en el 'Journal of Alzheimer's Disease', los científicos realizaron un seguimiento durante dos años a 33 pacientes de entre 65 y 85 años con deterioro cognitivo leve del Hospital Universitario San Carlos (Madrid), a quienes sometieron a distintas pruebas y fueron evaluados de su estado clínico cada seis meses.
Los participantes fueron divididos en dos grupos en función de su estado cognitivo: el estable, formado por 21 participantes que seguían con el diagnóstico de deterioro cognitivo leve tras dos años de seguimiento; y el progresivo, compuesto por 12 personas que reunieron los síntomas de una posible enfermedad de Alzheimer a lo largo del período de estudio.
VARIABLES GENÉTICAS: LOS BIOMARCADORES MENOS RELEVANTES
De esta forma, los investigadores comprobaron que los biomarcadores que resultaron ser menos relevantes a la hora de predecir la enfermedad fueron las variables genéticas (el genotipo APOE4, relacionado con el riesgo de aparición de la dolencia) y la reserva cognitiva (medida según el nivel educativo y el tipo de actividad laboral del paciente). Este trabajo es uno de los pocos que incluye la magnetoencefalografía (MEG) como herramienta para obtener información precisa sobre la actividad cerebral.
"Es necesario tener marcadores lo más precisos posible porque van a proporcionar información esencial tanto en el diagnóstico como en la predicción de la enfermedad. Es verdad que se necesitarían más estudios de progresión, pero somos uno de los pocos grupos en el mundo que estudiamos los patrones de actividad magnética cerebral en envejecimiento tanto sano como patológico", ha destacado la investigadora.
El equipo estudia la enfermedad de Alzheimer como un proceso que parte del envejecimiento sano para pasar por las quejas subjetivas de memoria, el deterioro cognitivo leve y finalmente, la aparición de la enfermedad. "Tratamos de ver qué cambios se van sucediendo de una etapa a otra para poder hacer predicciones", ha zanjado López.