LONDRES, 21 Nov. (Reuters/EP) -
Investigadores de la Universidad de Edimburgo (Escocia) aseguran que los beneficios saludables de participar en campamentos infantiles podrían durar incluso décadas, tras observar que los niños participantes en organizaciones como los 'Boy-Scouts' tienen una mejor salud mental que sus contemporáneos cuando cumplen 50 años.
En el trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Journal of Epidemiology and Community Health', han visto que el estado de ánimo y la felicidad tiende a variar en función de sus condicionantes sociales durante la infancia, salvo en quienes habían sido niños exploradores.
"La afiliación a los programas 'Scout' o 'Guide' parece eliminar casi por completo la desigualdad en la salud mental (a los 50 años) asociada con una desigualdad socioeconómica de pequeños", ha reconocido Chris Dibben, autor del estudio, que admite que ante las dificultades de las autoridades para hacer frente a las desigualdades en salud "cualquier evidencia de un impacto sustancial es significativa".
En su investigación tuvieron en cuenta una muestra de más de 9.000 personas nacidas en 1958 de las que el 28 por ciento habían participado en uno de estos programas. Para el análisis de su índice de salud mental a los 50 años evaluaron los nervios, la calma, el descorazonamiento y la felicidad durante las cuatro semanas previas a la encuesta, y los participantes debían valorar estos indicadores en una escala de uno a 100.
De media, vieron que los participantes tenían un índice de 75 sobre 100 pero, en cambio, los participantes que habían sido 'scouts' puntuaban unos 2,2 puntos más que el resto de adultos. Para quienes no habían participado en estos programas, las puntuaciones solían variar en función del estatus social durante la niñez, algo que no se observó en los 'scouts'.
Los autores de la investigación destacan múltiples factores de estos programas que pueden servir para proteger la salud mental durante la edad adulta, como el hecho de que fomentan el ejercicio, las actividades al aire libre, las habilidades sociales y la diversión, así como habilidades sociales como el compañerismo, la perseverancia o la curiosidad.
"Esto apoya la idea de que los padres deberían buscar actividades que permitan desarrollar estas habilidades en los niños", según ha reconocido Dibben.