MADRID, 28 Oct. (EDIZIONES) -
A la esclerosis múltiple (EM), una enfermedad neurológica que afecta al Sistema Nervioso Central (cerebro y médula espinal), se le suele llamar la 'enfermedad de las mil caras' porque se presenta en cada persona de forma distinta.
Así, uno de los 'distintivos' de esta patología es que no todos los síntomas aparecen en todas las personas, ni tampoco lo hacen con la misma intensidad, de ahí que sea una enfermedad "heterogénea" y su nombre de la 'enfermedad de las mil caras', según aclara en una entrevista con Infosalus el experto en esta enfermedad, el doctor Antonio Yusta, actual jefe del servicio de Neurología del Hospital Universitario de Guadalajara.
En España afecta aproximadamente a 100 personas por cada 100.000 habitantes, una prevalencia similar al resto de países europeos, y menor que en los países nórdicos, donde se registra una mayor afectación de la enfermedad, según precisa.
Este especialista en Neurología determina además que la EM es más frecuente en mujeres, y tiene lugar en una proporción de por cada tres mujeres la padece un hombre. Aparece sobre todo en personas jóvenes, entre los 20 y hasta los 45-50 años, apunta.
"Es más raro que aparezca después, aunque también puede ocurrir. Es la segunda causa de discapacidad después de los accidentes de tráfico en los países occidentales", afirma el también responsable de la Unidad de daño cerebral del Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla- La Mancha.
Pero, ¿cómo tiene lugar? El miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN) explica que el sistema inmunitario normalmente protege al cuerpo, pero en la EM ataca a la mielina de las células nerviosas (neuronas) por error. "Los nervios se extienden a lo largo de todo el cuerpo, así que la Esclerosis Múltiple puede manifestarse en muchas partes del organismo y hacerlo de maneras muy diferentes", indica el especialista.
Así, puntualiza que la EM es una enfermedad desmielinizante y degenerativa del sistema nervioso central, que afecta a la mielina del cerebro y de la médula espinal. "La mielina es el recubrimiento o aislante que recubre al axón o prolongación de las neuronas, que permite la comunicación entre ellas. Los síntomas dependerán de dónde tenga lugar esa desmielinización. En alguna ocasión provocarán clínica o brotes y otras veces no", detalla el doctor Yusta.
Sobre sus causas, el experto en EM indica que se conocen muchos factores implicados, como la infección del virus de Epstein-Barr, o incluso la obesidad en adolescentes también puede predisponer a padecerla en el futuro. Según reconoce el neurólogo, habría otros factores "más discutibles", como un aumento del consumo de sal, o la disminución de las horas solares a lo largo del año.
De hecho, señala que se ha visto que cuando hay una disminución en las horas solares cuando somos feto sí que parece predisponer esta situación más a padecerla. "Estos factores ambientales supondrían un 70%, mientras que los genéticos un 30%. Si la tiene el padre, la madre o el hermano existe un 5% de probabilidad de padecerla; pero si la sufre un gemelo que sea igual, la probabilidad de desarrollarla es del 30%", reseña Yusta.
Incluso señala que se han descrito genes que podrían ser indicativo de sufrir la enfermedad, es decir, quien los tenga es más susceptible de padecerla, pero no por tenerlos por definición la EM se va a desarrollar. Para ello, tendrían que darse otros factores como infecciones, consumo de sal, obesidad, exposición de horas al sol e incluso alteraciones en las bacterias intestinales o macrobiota, que antes hemos comentado como posibles desencadenantes, según aprecia el doctor. Eso sí, lamenta que, a día de hoy, desgraciadamente no haya un resultado definitivo contra el que luchar, sino que todo son "especulaciones" para prevenir el desarrollo de la EM.
LOS SÍNTOMAS Y MÁS SOBRE LA ENFERMEDAD DE LAS MIL CARAS
Con ello, el doctor reitera la idea de que no hay una única EM, sino que "hay tantas como pacientes", y según dónde se encuentre la placa de desmielinización se tendrán unos síntomas u otros. "Por cada 5 placas sólo una provocará clínica, generalmente las localizadas en la médula espinal, y podemos tener desde pérdida de visión en un ojo, que comience así el brote, hasta alteraciones sensitivas como hormigueos en alguna extremidad o incluso en la cara, pérdida de fuerza, o falta de coordinación, a sensación de inestabilidad, falta de control esfinteriano o dificultad de caminar", agrega Yusta.
En este contexto, el jefe del servicio de Neurología del Hospital Universitario de Guadalajara menciona que el 85% de pacientes comienzan con brotes, se producen estos síntomas, que para ser denominado 'brote' deben durar más de un día y después se resuelven. "No dejan prácticamente secuelas, pero pasados los meses o los años pueden darse otros brotes. Se trataría de la forma más común de comenzar la EM, llamada 'recurrente-remitente'", añade el neurólogo.
Otra forma más rara, la llamada 'primaria-progresiva', es aquella que tiene lugar sobre todo en varones, y en la que habitualmente se produce una alteración progresiva de la marcha, no va con brotes. "Se produce un empeoramiento progresivo. Esta forma de la EM tiene lugar en las etapas más tardías por regla general, como a partir de los 45-50, y sobre todo en los varones", indica Yusta.
Para el diagnóstico, el experto en esta patología ve imprescindible acudir cuanto antes al médico, cuando existan síntomas de sospecha y tras la entrevista clínica y la exploración clínica la prueba definitoria dice que será la imagen por resonancia magnética, donde aparecerán las 'placas' de desmielinización.
"Dependiendo del número y de su localización, así se llegará al diagnostico de la EM", agrega el neurólogo, aunque su juicio, es aconsejable siempre una punción lumbar para conocer el grado de inflamación del SNC. "Con ella obtendremos el grado de actividad inflamatoria que está teniendo el SNC, junto con la resonancia magnética", afirma. Al mismo tiempo, destaca que se trata de una enfermedad inflamatoria y ahora se sabe que neurodegenerativa, por la que también se pierden axones.
"Con lo cual, cuanto antes se trate, antes se evitará la aparición de más discapacidad irreversible. Hoy en día se dispone de 14 tratamientos diferentes que se pueden personalizar en cada paciente. Cada fármaco tiene sus peculiaridades y efectos secundarios", celebra el experto en EM, quien valora también que el pronóstico de la enfermedad haya variado en los últimos 15 años, ya que en la actualidad se puede disminuir la frecuencia en el número de brotes, así como la evolución de la discapacidad, y se pueden disminuir la cantidad de lesiones que se ven en la resonancia magnética. "Es un campo de continúa evolución, por lo que seguro que en próximos años el panorama será aún mejor", asegura el doctor Yusta.
De no tratarse a tiempo, el también profesor de Neurología de la Universidad de Alcalá advierte de estos pacientes podrían tener importantes consecuencias como la pérdida de visión del ojo, la torpeza en el manejo de extremidades o incluso el dejar de caminar.
"Hay pacientes que deben modificar su vida porque uno de los síntomas más frecuentes es el cansancio o la fatiga, sobre todo en verano cuando aumentan temperaturas. Es tan frecuente que lo padece 90% de casos. Si se les permite el descanso a las personas con EM, por ejemplo, pueden desarrollar su trabajo de forma normal. Hay que huir de remedios básicos y concienciarse de que hay vida mucho más allá de la enfermedad", mantiene el especialista del Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla- La Mancha.
Ahora con la pandemia de coronavirus el doctor Yusta hace hincapié que estas personas por padecer esclerosis múltiple no tienen más riesgo a la hora de contraer la infección, si bien advierte de que algunos tratamientos para esta enfermedad pueden ser inmunosupresores, bajan las defensas, de forma que estos pacientes sí deberían tener más precaución. "Con ponerse mascarilla y mantener la distancia de seguridad no tendrían por qué tener problema", afirma el miembro de la Sociedad Española de Neurología.
