MADRID, 10 Jun. (EDIZIONES) -
La brucelosis es una enfermedad infecciosa producida por una bacteria llamada 'Brucella melitensis' y que se incluye en el grupo de las zoonosis, es decir, de aquellas enfermedades propias de los animales pero que pueden afectar el hombre.
Aunque pueda parecer mentira, el especialista en enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología clínica (SEIMC) y catedrático emérito de Medicina de la Universidad de Barcelona, el doctor Javier Ariza, explica que el nombre del microorganismo se puso en honor a 'Bruce', un militar británico que identificó este agente infeccioso como causa de las llamadas 'Fiebres de Malta', una denominación a su vez popular de la enfermedad.
Además, precisa que aparte de la Brucella melitensis, que siempre ha sido el tipo mayoritario en España y en el Mediterráneo, existen otros tipos menos frecuentes como Brucella abortus, Brucella suis y Brucella ovis que también pueden afectar al hombre.
¿ENTRE QUÉ ANIMALES ES MÁS FRECUENTE?
Según indica el experto, el reservorio principal del microorganismo son los animales domésticos, especialmente las cabras, las ovejas, las vacas, y los cerdos. Es más, detalla que cada tipo de Brucella muestra predilección por un huésped determinado: 'Brucella melitensis', por cabras y ovejas; 'Brucella abortus' por las vacas; y 'Brucella suis' por los cerdos; aunque reconoce que no son raras las infecciones cruzadas. "Los animales desarrollan síntomas diversos, pero es característica la aparición de abortos frecuentes", apostilla.
En concreto, el contagio se produce porque el hombre adquiere la enfermedad accidentalmente como huésped secundario, por inoculación conjuntival, inhalación respiratoria, vía cutánea o digestiva.
"Las tres primeras requieren un contacto directo con el ganado enfermo, y en el caso de la vía digestiva, tras la ingesta de productos lácteos no controlados, generalmente de producción casera. En los países con mejor nivel sanitario, la enfermedad es casi exclusivamente profesional, predominando en varones de 30-40 años, mientras que en los menos desarrollados puede afectar a la población general mediante la ingesta de productos lácteos no controlados", agrega el doctor Ariza.
Pero no queda ahí la cosa porque esta enfermedad infecciosa también puede transmitirse entre humanos, si bien afirma este especialista de la SEIMC que es algo "completamente excepcional" y que, de tener lugar, se produce por vía sexual, placentaria o de la lactancia.
¿ES FRECUENTE EN ESPAÑA LA BRUCELOSIS?
La brucelosis ha tenido históricamente una distribución mundial, según prosigue, pero indica que algunos países europeos, aparte de Estados Unidos, han conseguido su erradicación: "En España la incidencia anual ha caído drásticamente en las últimas décadas, como consecuencia del progreso sanitario de la enfermedad animal, y puede verse raramente en Extremadura, Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León".
En cuanto a sus síntomas, el catedrático emérito de Medicina de la Universidad de Barcelona sostiene que el microorganismo tiene capacidad para sobrevivir en el interior de las células del sistema mononuclear fagocítico de los diversos órganos, lo que explica el curso ondulante de la enfermedad, y su tendencia a presentar recaídas, así como a evolucionar a la cronicidad.
"Se caracteriza por su gran polimorfismo clínico. Puede autolimitarse en unos meses tras varias ondas febriles, causar una localización, o evolucionar a la recurrencia y cronificación. Cierto número de pacientes sufre una infección asintomática. El período de incubación suele oscilar entre 10 y 20 días", mantiene el doctor Ariza.
Su comienzo es muy variable, según prosigue, en general de forma aguda o subaguda, con fiebre elevada, escalofríos, sudoración profusa de olor característico, cefalea, quebrantamiento general y dolor en las articulaciones.
"El patrón clásico de fiebre ondulante se observa con menor frecuencia y la sepsis grave es rara. Las formas clínicas solapadas, con períodos de evolución prolongados, cursan con febrícula, astenia y artralgias, y son más características de las áreas con menor nivel sanitario", agrega.
Asimismo, detalla que un 30% de los pacientes presenta tos seca o productiva, más del 20% estreñimiento y el 5%-10%, diarrea; se palpa hepatomegalia blanda en más del 50% (aumento del tamaño del hígado), esplenomegalia en un 30% (bazo más grande de lo normal), y adenopatías (inflamación ganglios linfáticos) en un 15%; mientras que algo más del 5% presenta una erupción cutánea no pruriginosa, predominante en el tronco y en las extremidades. "Son características las localizaciones específicas en el sistema osteoarticular, el sistema nervioso y el genitourinario entre otras", añade el miembro de la SEIMC.
CULTIVO PARA DIAGNÓSTICO Y ANTIBIÓTICOS PARA TRATAMIENTO
El método más fiable de diagnóstico definitivo de infección activa es el del cultivo del microorganismo, generalmente en la sangre (hemocultivos), que es positivo en un alto porcentaje de las formas agudas; si bien afirma que también puede identificarse mediante técnicas de PCR, ahora tan conocidas con la pandemia.
En cuanto al tratamiento resalta que lo idóneo es la antibioticoterapia, ya que, según justifica, esta acorta el período natural de la enfermedad y su duración constituye un "punto decisivo" para el éxito terapéutico. "Ningún antibiótico por sí solo logra una suficiente erradicación bacteriana y se recurre a asociaciones de antibióticos con efecto sinérgico o aditivo", subraya el experto en enfermedades infecciosas.
POSIBLES COMPLICACIONES DE LA BRUCELOSIS
Tras finalizar el tratamiento, unos pocos pacientes persisten con febrícula mínima, algunos desarrollan finalmente una clara recaída de la enfermedad, pero en otros la febrícula remite y la evolución posterior es buena, reconoce el doctor Ariza. Ahora bien, sí advierte sobre las recaídas, ya que estas suelen predominar en los primeros meses tras el tratamiento.
"El pronóstico global de la enfermedad bien tratada es bueno, pero en un pequeño número de pacientes persisten síntomas inespecíficos de difícil explicación durante largo tiempo y se catalogan de brucelosis crónica. Algunos casos de espondilitis, endocarditis y neurobrucelosis dejan secuelas importantes. La mortalidad actual es muy baja y se relaciona con la endocarditis", mantiene.
En último lugar, el catedrático emérito de Medicina de la Universidad de Barcelona indica que la lucha contra la enfermedad humana se basa en el control de la enfermedad animal, y en el caso de aquellos países con un índice elevado de infección animal dice que deben plantearse campañas masivas de vacunación de los animales jóvenes, con vacuna B19 para el ganado vacuno y Rev 1 para el ovino y caprino.
"Si el índice no es muy elevado puede seguirse una política de separación y sacrificio de los animales enfermos, combinada con la vacunación. Se recomienda una buena educación sanitaria de los profesionales implicados y el control sanitario adecuado de los preparados lácteos", sentencia el doctor Javier Ariza.