MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cada año se diagnostican en España unos 1.500 nuevos casos de cáncer de testículo, que además es el más común en hombres de entre 15 y 35 años, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), razón por la que los expertos recomiendan la autoexploración para lograr detectarlo de forma temprana y así evitar complicaciones de fertilidad y para la salud general.
"La autoexploración es esencial para detectar el cáncer de testículo en fases tempranas. Aunque este tipo de cáncer suele responder favorablemente a la quimioterapia, incluso en etapas avanzadas, un diagnóstico temprano permite evitar tratamientos más agresivos y ayuda a preservar la fertilidad del paciente", ha explicado el jefe del Servicio de Cirugía Urológica en MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten, el doctor Carlos Núñez Mora.
Los síntomas de este tipo de cáncer "suelen ser sutiles" y "pueden pasar desapercibidos" en ocasiones, sobre todo en sus etapas iniciales, siendo el bulto testicular no doloso detectable al tacto el signo de alerta más común, según un comunicado del grupo hospitalario.
"Aunque la mayoría de los bultos en el testículo son benignos, es recomendable acudir al urólogo ante cualquier síntoma. Además del nódulo, otros signos de alarma son sensación de pesadez, dolor o molestia en el escroto, dolor de espalda baja o abdominal o aparición de hematomas o inflamación", ha añadido Mora.
El tratamiento inicial para esta patología consiste en la extirpación del testículo afectado y un posterior tratamiento que depende del tipo celular del tumor. "En los seminomas, se suele emplear un solo fármaco, lo que ayuda a reducir el impacto en la fertilidad", ha agregado el especialista.
Por otra parte, los tumores seminomatosos sí suelen requerir un enfoque "más intensivo" con quimioterapia, por lo que se recomienda que los pacientes jóvenes preserven su semen antes de iniciar el tratamiento para mantener la posibilidad de tener hijos en el futuro, aunque este tipo de pacientes "ya presentan alteraciones en la calidad del esperma antes de iniciar el tratamiento", si bien la relación entre el cáncer de testículo y la infertilidad es "compleja" y puede manifestarse de múltiples formas.
Tras ello, el doctor ha identificado al primer grupo de riesgo como aquellos hombres con antecedentes familiares de primer grado que han padecido esta enfermedad, como padres o hermanos.
El segundo grupo está conformado por los hombres que han presentado o tienen antecedentes de criptorquidia, una condición en la que uno o ambos testículos no descienden de forma natural al escroto en la infancia, permaneciendo en la cavidad abdominal o en la ingle.
"Esta condición, especialmente si no se corrige quirúrgicamente durante la infancia, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer testicular en la adultez, debido a factores relacionados con la temperatura elevada en el abdomen que puede afectar el desarrollo celular normal del testículo", ha manifestado Mora.