Uno de cada mil niños padece una enfermedad reumática: estos son sus síntomas de sospecha

Archivo - Niña dolor muñeca, articulaciones
Archivo - Niña dolor muñeca, articulaciones - NUSARA PROMSIRI/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 8 octubre 2024 8:29

   MADRID, 8 Oct. (EDIZIONES) -

   Se calcula que en España hay entre 8.000 y 10.000 niños con alguna enfermedad reumática, ya que afectan aproximadamente a 1 de cada 1.000 niños. Entre ellas, la más frecuente es la artritis idiopática juvenil, de la que se diagnostican 10 casos nuevos al año por cada 100.000 niños menores de 16 años.

   Así nos lo explica a Europa Press Infosalus en una entrevista el doctor Daniel Clemente, portavoz de la SER, y especialista de Reumatología pediátrica en el Hospital Niño Jesús (Madrid), quien nos ayudará a conocer un poco mejor estas enfermedades y a sospechar ante determinados síntomas.

   Nos cuenta que las enfermedades reumáticas pueden debutar en cualquier momento de la vida, aunque dependiendo de la patología se puede encontrar una mayor incidencia en tramos de edad concretos: "Por ejemplo, la artritis idiopática juvenil oligoarticular suele aparecer en edad preescolar, especialmente entre los 2 y los 4 años; mientras que la artritis idiopática juvenil poliarticular, con factor reumatoide positivo, es más habitual durante la adolescencia. En cualquier caso, consideramos enfermedades reumáticas pediátricas todas aquellas que inician sus manifestaciones clínicas por debajo de los 18 años".

PRINCIPALES SIGNOS DE SOSPECHA

   La mayor parte de las enfermedades reumáticas van a cursar con manifestaciones musculoesqueléticas, como dolor y/o tumefacción articular, así como rigidez y dificultad para realizar los movimientos, tal y como precisa el doctor Clemente.

   Sin embargo, sí apunta que cuando un niño consulta por dolor, o por limitación articular, suele atribuirse inicialmente a traumatismos menores, o a lesiones deportivas, mucho más frecuentes a esta edad: "Sólo cuando transcurre el tiempo sin mejoría, o aparecen manifestaciones de forma recurrente se plantean otras posibilidades como las enfermedades reumáticas".

   Por otra parte, remarca este especialista que la inflamación articular en los lactantes y en los preescolares puede manifestarse exclusivamente como una cojera, o como una disminución de la actividad, que puede ser transitoria y aparecer sólo tras un reposo prolongado. "De esta forma, los padres pueden notar alguna limitación a la hora de vestirles, o de empezar a caminar a primera hora de la mañana, o después de la siesta", apostilla el miembro de la SER.

   En algunos casos también presentan afectación de otros órganos como la piel, los ojos, o los vasos sanguíneos, o manifestaciones sistémicas como la fiebre, o la astenia, tal y como señala este especialista. Es más, mantiene que todas las manifestaciones pueden aparecer de forma brusca o de forma progresiva a lo largo de semanas y de meses.

   "En cualquier caso, la sospecha clínica va a ser fundamental, por lo que ante la evidencia de tumefacción articular, rigidez matutina, dolor persistente, o cuando existe fiebre o manifestaciones extraarticulares asociadas, debe solicitarse una valoración por un reumatólogo", agrega.

PRINCIPALES PATOLOGÍAS REUMATOLÓGICAS EN LA EDAD INFANTIL

   La artritis idiopática juvenil (AIJ) es la enfermedad reumática más frecuente en la edad pediátrica, según destaca este experto, aunque realmente es un término que engloba a todas las artritis crónicas de la infancia de causa desconocida; distinguiéndose, además, varias categorías, dependiendo del número de articulaciones afectadas, manifestaciones extraarticulares, y marcadores inmunológicos durante los primeros meses de evolución de la enfermedad.

   "La categoría oligoarticular, en la que se afectan menos de 4 articulaciones, es la más frecuente, y hasta en un 30% de los casos asocia inflamación ocular en forma de uveítis anterior crónica", agrega el doctor Clemente.

   Aunque menos habituales, también pueden tener su inicio en la edad pediátrica vasculitis como la enfermedad de Kawasaki, o la vasculitis IgA; así como conectivopatías (enfermedades ocasionadas por la inflamación de estructuras corporales fruto de una desregulación del sistema inmune), como el lupus eritematoso sistémico o la dermatomiositis; y enfermedades autoinflamatorias como la fiebre mediterránea familiar y el síndrome PFAPA.

¿POR QUÉ SURGEN?

   La causa de las enfermedades reumáticas es desconocida, reconoce este reumatólogo, si bien manifiesta que éstas se caracterizan por una alteración en la respuesta inmune a la que van a contribuir una combinación de factores genéticos y ambientales, dando lugar a un proceso inflamatorio en articulaciones y otros órganos.

   "Cada vez se dispone de un número mayor de tratamientos que han logrado que la mayor parte de los niños con enfermedades reumáticas puedan realizar una vida normal, aunque deban mantener los tratamientos durante periodos de tiempo prolongados, o reintroducirlos de nuevo tras un periodo de tiempo, sin necesitarlos por la aparición de recaídas, o brotes de la enfermedad", subraya.

   Esto puede ocurrir durante el seguimiento, tanto en la edad pediátrica como en la edad adulta, según prosigue el doctor Clemente, y se debe a la persistencia de la alteración en la respuesta inmune que se mantiene a pesar de cumplir años. "Por esta razón es importante que los pacientes mantengan el seguimiento en las consultas de Reumatología", incide. Según datos de la SER, prácticamente la mitad de los menores con alguna enfermedad reumatológica la mantienen en la edad adulta

ASÍ SE DIAGNOSTICAN

   El diagnóstico de estas patologías se basa principalmente en la integración de las manifestaciones clínicas referidas por los padres, y los hallazgos encontrados en la exploración física o en la ecografía musculoesquelética, que se ha convertido en una herramienta habitual en la consulta, según mantiene el especialista de Reumatología pediátrica en el Hospital Niño Jesús (Madrid).

   Eso sí, este experto precisa que no hay ninguna prueba de laboratorio o de imagen que confirme por sí misma el diagnóstico de una artritis idiopática juvenil, aunque tengan un papel importante a la hora de descartar otras causas de artritis, o para clasificar cada paciente de forma adecuada. "Por ejemplo, la presencia de anticuerpos antinucleares está asociado a un mayor riesgo de uveítis en pacientes con artritis idiopática juvenil, pero su positividad de forma aislada no permite realizar el diagnóstico sin la presencia demostrada de artritis", advierte el doctor Clemente.

   Con ello, el especialista de Reumatología pediátrica en el Hospital Niño Jesús recuerda que un diagnóstico precoz permite establecer un tratamiento adecuado que consiga detener o disminuir el proceso inflamatorio y evitar la aparición de complicaciones o de secuelas, con alteraciones en el crecimiento, o el daño articular permanente. "Además, cuanto antes se inicie el tratamiento, más posibilidades hay que conseguir la remisión de la enfermedad y de poder retirar el tratamiento sin recaídas", alerta este experto de la SER.

   A juicio de este especialista, y dado que estas enfermedades pueden continuar en la edad adulta, cree fundamental garantizar que los adolescentes adquieren los conocimientos y las habilidades necesarias para que puedan afrontar con madurez e independencia su enfermedad: "Esto incluye información sobre su enfermedad y los tratamientos que reciben, así como asegurar su capacidad para administrárselos. También hay que fomentar que adquieran un papel activo durante las revisiones en la consulta, mejorando la comunicación con los profesionales sanitarios y la toma de decisiones".

   Igualmente, este doctor ve importante que los niños mantengan una actividad física adecuada para un correcto desarrollo, por lo que una vez que la enfermedad este controlada se debe recomendar la realización de ejercicio y la participación en actividades deportivas (no hay mayor riesgo recaídas).

   Eso sí, resalta que siempre hay que realizar ejercicio sin que llegue a ocasionar dolor, y dentro de la tolerancia de cada uno (se deben conocer y establecer los límites individualmente), a la vez que se debe retomar gradualmente la actividad deportiva después de una recaída de la enfermedad. "En algunos casos es necesario un programa de ejercicio físico individualizado y supervisado por fisioterapeutas, especialmente en aquellos pacientes con secuelas articulares moderadas o graves o una enfermedad de larga duración", concluye el doctor Clemente.

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