MADRID, 20 Nov. (EDIZIONES) -
El virus respiratorio sincitial o VRS hace temblar a los padres y a las consultas de Pediatría todas las temporadas de frío. Es un virus súper contagioso que puede complicarse y dar lugar a numerosos ingresos de menores en los centros hospitalarios o bien a catarros difíciles de controlar en muchas ocasiones por los padres.
Para saber cómo podemos prevenir su contagio y tratar estas infecciones entrevistamos en Infosalus a la pediatra Irene Rivero Calle, que es especialista en infectología pediátrica y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
"Es uno de los virus respiratorios que conocemos desde hace muchos años. Normalmente circula en invierno, y su pico incidencia va desde el mes de octubre a marzo o abril. La peculiaridad de este virus respiratorio es que tiene una morbimortalidad en los extremos de la vida, en lactantes menores de un año y principalmente de menos de seis meses; pero también en los mayores de 60 años", aclara esta experta.
PRINCIPALES SÍNTOMAS
Entre los principales síntomas de la infección por VRS, la Academia Americana de Pediatría señala que típicamente causa un resfriado que puede ir seguido de bronquiolitis o de neumonía; al tiempo que añade que, por lo general, los síntomas duran en promedio entre 5 y 7 días.
"Las manifestaciones clínicas son como en otras infecciones respiratorias: tos, moco, fiebre, pero a lo largo de los días, en torno al tercero o cuarto, los niños pueden presentar dificultad para respirar, disminuye la cantidad de comida que ingieren, están más irritables, o incluso más adormilados. Y esta dificultad respiratoria se debe a ruidos en el pecho, y se puede oír ruido similar a un silbido, llamado 'sibilancia'. Si ese cuadro respiratorio baja es lo que llamamos bronquiolitis, un cuadro más grave caracterizado por dificultad respiratoria, y donde los menores pueden necesitar de oxígeno", detalla la doctora Rivero.
El mecanismo por el que este fenómeno tiene lugar, según prosigue, es que se produce una inflamación y acumulación de moco que obstruye el bronquio, y por eso se dificulta la respiración, y en algunos casos condiciona la necesidad de oxígeno, e incluso el ingreso hospitalario. "No tiene por qué ser siempre así. Se puede quedar en un resfriado y la gran mayoría no necesita ingreso y el cuadro respiratorio podrá durar hasta una semana. Pero las formas más graves, que cursan con bronquiolitis, y especialmente entre los menores de 6 meses, estos a veces requieren de ingreso porque son más inmaduros y en ellos puede complicarse la infección", aclara.
POR QUÉ HAY TANTOS CONTAGIOS ESTA TEMPORADA
Preguntamos a la especialista de la Asociación Española de Pediatría por qué esta temporada se está viendo a tantos niños, incluso más que en temporadas anteriores, que se infectan de este virus.
Cuenta en primer lugar que, aunque no es un virus nuevo el VRS, sí el mayor número de contagios actuales se debe a que en los últimos años, sobre todo durante pandemia, ha disminuido su transmisión por las medidas de prevención que se han adoptado frente al coronavirus, tipo la mascarilla. "Se contagia a través de las secreciones y pequeñas gotas de las vías respiratorias que quedan en el aire y pueden quedar en superficies", sostiene la pediatra.
"Durante el confinamiento se redujo su transmisión y el hecho de que se relajaran las medidas, que no llevemos mascarillas, ha hecho que resurjan estos virus. También hay tantos contagios porque como estos menores ha estado sin contacto con virus respiratorios esto ha hecho que su pico de incidencia sea más alto por una mayor transmisión, pero igualmente porque no estaban acostumbrados a estos virus. Entonces se está viendo ahora en los más pequeños, pero también en los de dos años porque no habían estado en contacto antes con él", agrega la doctora Rivero.
De hecho, resalta que el pico de incidencia se ha adelantado este año, y estamos casi en el máximo, pero no queda ahí la cosa porque subraya que está coincidiendo su transmisión con la de otros virus respiratorios como la gripe, entre otros, de forma que se están viendo numerosas coinfecciones respiratorias, lo que se llama la VRS con COVID-19 o gripe, por ejemplo.
La miembro del Comité de Vacunas de la AEP admite que se espera que finales de este mes, o bien como tarde a principios de diciembre se alcance el pico máximo de contagios por VRS. "Ahora mismo la presión asistencial es muy elevada, tanto en atención hospitalaria como en la atención primaria", lamenta esta doctora.
CÓMO PREVENIR CONTAGIOS
¿Cómo prevenir estos contagios? Esta pediatra asegura que si usamos mascarilla se evitará el contagio, pero la mayor parte de estas infecciones se suceden en lactantes que obviamente no pueden emplear mascarilla; de ahí que muchos contagios de lactantes procedan de otros niños más mayores o adultos que no portan la mascarilla.
"Son frecuentes las infecciones entre familiares. Es habitual la infección de VRS en los adultos como un catarro vías altas", apostilla. Otra forma de evitar el contagio es con mucho lavado de manos, evitar los ambientes cerrados con niños que no llevan mascarilla y que puedan estar desprotegidos.
CUÁNDO CONSULTAR CON UN ESPECIALISTA
Dice que se debe consultar con un especialista cuando su hijo, aparte de tener síntomas típicos de catarro común (tos, fiebre, febrícula, congestión), presente signos de dificultad respiratoria, como por ejemplo, que se le marquen las costillas, respire muy rápido, o se le hunda la barriga al respirar. "Debe alertar entonces de dificultad respiratoria. También si deja de comer, sobre todo un aspecto frecuente en lactantes, o lo notamos adormilado. Importante consultar porque podría ser una bronquiolitis que implicara otros cuidados e ingreso", resalta Rivero.
Aquí insiste en que el principal grupo de riesgo son los menores de un año, y especialmente los que tienen menos de seis meses, si bien las formas más graves de infección también pueden darse en los menores prematuros, en los recién nacidos, en aquellos con cardiopatías o patología pulmonar crónica, en pacientes con enfermedades neuromusculares, o con síndrome de Down; y sobre quienes hay que consultar ante la menor duda.
TRATAR ESTA INFECCIÓN
A la hora de tratar esta infección apunta que deben aliviarse los principales síntomas, con analgésicos en caso de que fueran necesarios y muy importantes los lavados nasales con suero fisiológico. En el caso de que el cuadro respiratorio se complique, y ya se desarrolle una bronquiolitis, esta pediatra indica que hay niños que precisarán del empleo de broncodilatadores, como el salbutamol, aunque siempre estos deberán estar pautados por un especialista.
"En los más pequeños, donde estos broncodilatadores no funcionan, se ha utilizado con buenos resultados la adrenalina nebulizada. Solo se puede administrar en el hospital y luego son fundamentales los lavados nasales desde el principio, tanto en casa como en los menores ingresados. Por otro lado, en aquellos que dejan de comer, se debe valorar si necesitan una sonda nasogástrica o vías periféricas para fluidoterapia. Es verdad que hay casos en los que puede ser de utilidad el uso de corticoides, pero no hay un tratamiento específico para esta infección", destaca la doctora Rivero.
Es más, indica que no hay un antiviral concreto que se pueda usar a día de hoy contra el VRS, pero en los casos más graves o en los pacientes de alto riesgo de infección grave por VRS se emplea la 'ribavirina', un antiviral.
OTRAS VÍAS PARA PREVENIR LA INFECCIÓN: VACUNAS Y ANTIVIRALES
En ausencia de una vacuna contra la infección de VRS, en la que se llevan trabajando más de 60 años, según lamenta esta experta, en la actualidad una herramienta preventiva son los anticuerpos monoclonales, aunque estos solo pueden indicarse para algunos pacientes, en los de alto riesgo especialmente, y que cumplen una serie de criterios específicos, como patología cardíaca o pulmonar, o pacientes prematuros. "Se trata de un fármaco preventivo, que implica hasta 5 inyecciones mensuales, y antes del inicio de la temporada de VRS, pero que solo se puede administrar en los menores de dos años", apostilla.
Ahora bien, celebra esta pediatra de la AEP que la EMA acaba de aprobar un monoclonal "mucho más potente", para todos los lactantes, no solo los de riesgo, y en la que los pacientes solo deben recibir una única dosis para toda la temporada, aunque todavía está pendiente su autorización en España.
"Esto podría cambiar el paradigma de la prevención y además hay otros candidatos en desarrollo, que consiguen la aprobación próximamente, y otras medidas preventivas, como las vacunas, en diferentes grupos etarios, una maternal en fase 3 y que es previsible que consiga su aprobación para el año que viene; aunque también hay en proceso de diseño vacunas para lactantes, aunque menos avanzadas, y las vacunas en adulto en fase 3 para su administración en mayores de 60, con 4 vacunas candidatas en marcha", resalta esta experta de la AEP, al tiempo que celebra que, por tanto, "en un año o dos tendremos muchas medidas preventivas para esta infección", concluye la pediatra de la AEP.