MADRID 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de expertos en enfermedades infecciosas ha pedido más concienciación y preparación en el ámbito médico para hacer frente al impacto del cambio climático en la propagación de enfermedades. A través de un artículo publicado en 'JAMA', dan la voz de alarma sobre la aparición y propagación de patógenos nocivos.
Los autores también instan a la comunidad médica a actualizar su educación y formación y a tomar medidas para combatir el calentamiento global. "Los médicos deben estar preparados para afrontar los cambios en el panorama de las enfermedades infecciosas", ha afirmado el autor principal de la investigación, George R. Thompson.
Thompson es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Davis(EEUU) en el Departamento de Medicina Interna, División de Enfermedades Infecciosas, y en el Departamento de Microbiología Médica e Inmunología. "Aprender sobre la conexión entre el cambio climático y el comportamiento de las enfermedades puede ayudar a orientar los diagnósticos, el tratamiento y la prevención de las enfermedades infecciosas", ha asegurado.
En este sentido, Thompson ha animado a médicos y facultativos a mantener "un alto índice de sospecha de enfermedades en movimiento". "Creo que con las mejoras en nuestra comprensión de la enfermedad, habrá más pruebas y así pasaremos por alto menos casos", ha indicado.
CAMBIOS EN EL PANORAMA DE LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS
Las enfermedades infecciosas pueden estar causadas por virus, bacterias, hongos o parásitos. Muchas de estas enfermedades se transmiten de animal a humano o de humano a humano.
Un tipo de enfermedad infecciosa son las enfermedades transmitidas por vectores. Están causadas por patógenos transportados por vectores como mosquitos, pulgas y garrapatas. Algunas enfermedades causadas por vectores son el dengue, la malaria y el Zika.
Los cambios en el régimen de lluvias están ampliando el área de distribución de los vectores y sus periodos de actividad. Los inviernos más cortos y cálidos y los veranos más largos también están relacionados con un mayor número de enfermedades transmitidas por vectores. Por ejemplo, las enfermedades causadas por garrapatas (como la babesiosis y la enfermedad de Lyme) aparecen ahora también en invierno. También se están encontrando en regiones más al oeste y al norte que en el pasado.
"Estamos viendo casos de enfermedades transmitidas por garrapatas en enero y febrero", señala el primer autor del estudio, Matthew Phillips.
Phillips es especialista en enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard. "La temporada de garrapatas empieza antes y con más garrapatas activas en un área más amplia. Esto significa que el número de picaduras de garrapata está aumentando y, con él, las enfermedades transmitidas por garrapatas", ha añadido.
Otro motivo de preocupación es el paludismo. Los mosquitos que transmiten la enfermedad se están expandiendo hacia el norte, un cambio inducido por el clima. Los cambios en el régimen de lluvias han provocado un aumento del número de mosquitos y de la tasa de transmisión de la enfermedad.
"Como médico especialista en enfermedades infecciosas, una de las cosas que más me asustó el verano pasado fueron los casos de paludismo adquiridos localmente. Vimos casos en Texas y Florida y luego en Maryland, al norte, lo que fue realmente sorprendente. Les ocurrió a personas que no habían viajado fuera de EE.UU.", ha manifestado Phillips.
Las enfermedades zoonóticas, como la peste y el hantavirus (transmitido por roedores), también muestran cambios en su incidencia y localización. Los expertos observaron cambios en las pautas migratorias de los animales y en sus áreas de distribución naturales.
Debido a la pérdida de su hábitat, los animales salvajes se acercan cada vez más a los humanos. Con ello aumenta el riesgo de que las enfermedades animales se transmitan a los humanos y de que se desarrollen nuevos patógenos.
El estudio también señala la aparición de nuevas infecciones fúngicas, como 'Candida auris' (C. auris), y cambios en la localización de algunos hongos patógenos. Por ejemplo, la infección fúngica 'Coccidioides' (también conocida como fiebre del Valle) era endémica de zonas cálidas y secas de California y Arizona. Sin embargo, recientemente se ha diagnosticado en zonas tan septentrionales como el estado de Washington.
Los cambios en los patrones de lluvia y la temperatura del agua costera también pueden afectar a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, como 'E. coli' y Vibrio. Según el equipo, el nivel del mar está subiendo, y las mareas de tempestad y las inundaciones costeras que solían ser fenómenos raros o extremos están ocurriendo con más frecuencia.
Por todo ello, el equipo han pedido medidas más estrictas para la vigilancia de las enfermedades infecciosas y ha instado a los educadores médicos a formar a los clínicos para anticiparse a los cambios en los patrones de las enfermedades infecciosas.