Cáncer de próstata, cuando el mejor tratamiento puede ser no hacer nada

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   MADRID, 11 Nov. (EDIZIONES) -

    Los riesgos de efectos adversos y complicaciones del tratamiento del cáncer de próstata son considerables y continúan durante años después de finalizar el tratamiento, según establece el mayor análisis exhaustivo realizado al respecto por la Red de investigación del cáncer SWOG (Estados Unidos), que informa sobre los riesgos a largo plazo de dicho tratamiento en relación con los riesgos a los que se enfrenta un grupo de control de hombres no tratados.

   En los 12 años posteriores al tratamiento, los hombres cuyo tratamiento inicial fue una prostatectomía (extirpación total o parcial de la próstata) tuvieron un riesgo de complicaciones urinarias o sexuales siete veces mayor que el de los hombres no tratados. En el caso de los hombres cuyo primer tratamiento fue radioterapia, el riesgo de dichas complicaciones fue casi tres veces mayor que el de los hombres no tratados. Además, los hombres del grupo de radioterapia enfrentaron tres veces más riesgo de un diagnóstico de cáncer de vejiga.

   El informe sostiene que los hombres necesitan tener acceso a cifras de riesgo como estas al momento de decidir si se deben realizar pruebas de detección del cáncer de próstata. "Este estudio plantea un reto importante a todos los médicos, que deben proporcionar esta información a los pacientes antes de que comiencen el proceso de extracción de sangre para la prueba del PSA", destaca el autor principal del artículo, Ian M. Thompson, del Sistema de Salud CHRISTUS Santa Rosa y del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio. La prueba del PSA mide el nivel de una proteína llamada antígeno prostático específico en la sangre.

   Uno de los desafíos a la hora de determinar el riesgo de efectos adversos del tratamiento del cáncer de próstata es que, en el caso de algunas de estas afecciones, como la disfunción eréctil, la incidencia aumenta con la edad. Por lo tanto, una verdadera medida del riesgo solo se puede determinar comparando a hombres tratados por cáncer de próstata con hombres no tratados de edad similar en la población general. El estudio, publicado en 'JAMA Oncology', hace justamente eso.

   "Los estudios anteriores sobre las complicaciones del tratamiento del cáncer de próstata han tenido muestras pequeñas, un seguimiento limitado o la ausencia de un grupo de control válido. Nuestro estudio se distingue por un seguimiento prolongado, de hasta 12 años, que analizó un amplio espectro de complicaciones clave. Fundamentalmente, pudimos comparar a los hombres tratados con un grupo de control representativo de hombres no tratados, que los estudios anteriores no habían incluido", afirma el autor principal, el doctor Joseph Unger.

Archivo - Cáncer de próstata
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Actualizado: lunes, 11 noviembre 2024 16:54

   La cuestión de la comparación con un grupo de control válido es clave, señala Unger; "sin esto, es difícil comprender la verdadera magnitud de las complicaciones del tratamiento", afirma. Los investigadores estudiaron a casi 52.000 hombres que se habían inscrito en uno de dos grandes estudios de prevención del NCI: el Estudio de prevención del cáncer de próstata (PCPT) y el Ensayo de prevención del cáncer con selenio y vitamina E (SELECT).

    Para hacer un seguimiento de los diagnósticos y tratamientos de los participantes, vincularon los datos del ensayo con los datos de las reclamaciones de Medicare, identificando a 29.196 participantes que tenían reclamaciones de Medicare disponibles y cumplían otros criterios de elegibilidad. Entre ellos, 3.946 habían sido diagnosticados con cáncer de próstata, incluidos 655 cuyo primer tratamiento para la enfermedad fue una prostatectomía y 1.056 cuyo primer tratamiento fue radioterapia.

   Los participantes a los que se les había diagnosticado cáncer de próstata pero que no habían recibido tratamiento (debido a que este cáncer tiende a crecer lentamente, muchos hombres optan por la vigilancia activa), junto con aquellos a los que no se les había diagnosticado cáncer de próstata, sirvieron como grupo de control no tratado para la comparación.

   Para ambos grupos, el equipo de investigación examinó los datos de reclamaciones de Medicare en busca de instancias de 10 posibles complicaciones y efectos adversos relacionados con el tratamiento: estenosis uretral, colocación de un esfínter urinario artificial (para incontinencia grave), colocación de una prótesis de pene, incontinencia urinaria, disfunción eréctil, cistitis por radiación, proctitis por radiación, cáncer de vejiga, cáncer de vejiga seguido de cistectomía y cáncer rectal.

   Los participantes del grupo de prostatectomía tuvieron un riesgo a 12 años de tener al menos una de estas 10 complicaciones que era más de seis veces (6,57) mayor que el riesgo que enfrentaban los participantes no tratados. Para los hombres del grupo de radioterapia, su riesgo a 12 años de experimentar al menos una de las 10 complicaciones fue 3,04 veces mayor que para aquellos que no habían recibido tratamiento. Además, después de 12 años, los del grupo de radioterapia tenían casi tres veces (2,78) más probabilidades que los participantes no tratados de haber sido diagnosticados con cáncer de vejiga, que suele ser de mayor grado en aquellos que recibieron radioterapia previamente.

   Los autores sostienen que, dado el beneficio incierto del tratamiento del cáncer de próstata para la mayoría de los pacientes, estos hallazgos resaltan la importancia del asesoramiento al paciente antes del tratamiento y antes de la detección. Por ello, recomiendan específicamente que se incluya información cuantitativa sobre los riesgos y beneficios del tratamiento del cáncer de próstata en las directrices nacionales de detección y tratamiento del cáncer. Actualmente, ninguna organización nacional proporciona esa información cuantitativa en sus directrices.

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