MADRID 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores del Hospital Universitario de Düsseldorf (Alemania) plantea un modelo que podría despejar las incógnitas sobre por qué se produce el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), centrado principalmente en la cuestión de qué papel pueden desempeñar los factores de protección innatos y adquiridos de estos bebés.
La muerte inesperada y médicamente inexplicable de un lactante durante el sueño sigue sin entenderse del todo. Este grupo de investigadores europeos presenta sus conclusiones en el número actual de la revista científica 'Human Nature'.
"La resistencia de los lactantes al SMSL es una cuestión sin respuesta hasta ahora. Presentamos un modelo explicativo al respecto", afirma el autor principal y pediatra Herbert Renz-Polster, afiliado a la Investigación de Servicios Sanitarios del Departamento de Pediatría General, Cardiología Pediátrica y Neonatología del Hospital Universitario de Düsseldorf.
Hasta ahora, el SMSL se ha explicado principalmente por la influencia de los factores de riesgo a los que están expuestos los bebés. Por ejemplo, que se les coloque en decúbito prono para dormir, que los padres fumen, que la ropa de cama sea demasiado pesada o que la superficie de descanso sea desfavorable.
De hecho, tales factores de riesgo desempeñan un papel importante en el desarrollo del SMSL, como deja claro el equipo de autores del nuevo estudio. "Por supuesto que los riesgos cuentan. Los casos de SMSL sin al menos uno de los factores de riesgo conocidos son extremadamente raros. En la mayoría de los casos, estos trágicos sucesos implican varios riesgos al mismo tiempo. Sin embargo, esto no basta para una explicación exhaustiva", afirma la doctora Freia De Bock, jefa del Departamento de Investigación de Servicios Sanitarios en la Infancia y la Adolescencia, Departamento de Pediatría General, Neonatología y Cardiología Pediátrica y Centro de Salud y Sociedad (chs) del Hospital Universitario de Düsseldorf (Alemania).
Por ejemplo, no está claro por qué el riesgo de SMSL solo aumenta tan significativamente después del periodo neonatal. Los investigadores se preguntan en su artículo por qué un bebé de tres meses es más susceptible a los riesgos típicos del SMSL que uno de tres semanas. Lo mismo cabe decir del hecho de que los bebés varones sean aparentemente más susceptibles al SMSL. El efecto protector de la lactancia materna contra el SMSL tampoco se ha explicado aún de forma concluyente.
En la publicación actual, los científicos señalan las limitaciones del modelo explicativo basado en el riesgo. Un análisis de los datos del SMSL muestra que este por sí solo es extremadamente pobre para predecir el síndrome de muerte súbita del lactante. "Más del 99 por ciento de los lactantes con determinados riesgos no mueren de SMSL", afirma el pediatra Herbert Renz-Polster.
Para responder a esta pregunta, el grupo multidisciplinar analizó estudios anteriores sobre el síndrome de muerte súbita del lactante basados en investigaciones interdisciplinares sobre epidemiología del SMSL, investigación del sueño, antropología, pediatría del desarrollo y salud pública pediátrica, con especial atención a los resultados de investigaciones experimentales con lactantes.
REPERTORIO PROTECTOR
Según estos resultados, los lactantes desarrollan un rico repertorio protector como parte de su desarrollo normal y saludable, que les ayuda a reaccionar de forma competente y eficaz ante influencias adversas.
Al parecer, los niños que mueren de síndrome de muerte súbita infantil no pudieron desarrollar adecuadamente su repertorio de protección. Esto se ve corroborado por el hecho de que se puede demostrar que la gran mayoría de las víctimas del SMSL presentan desventajas en su desarrollo, por ejemplo debido al tabaquismo materno durante el embarazo o a una prematuridad grave.
Estudiar los factores de protección podría ser especialmente fructífero para explicar el "periodo de gracia relativo" al principio de la vida. "Las primeras investigaciones sobre lactantes demostraron hace 100 años que los niños están equipados con una poderosa protección en las primeras semanas de vida: sus reflejos neonatales innatos. Estos reflejos les permiten, por ejemplo, respirar libremente. Sin embargo, este escudo protector 'suministrado' debe sustituirse después gradualmente por un programa de protección adquirido y también francamente "entrenado"", afirma el profesor De Bock.
Investigadores anteriores del SMSL ya habían señalado que esta transición se produce entre el segundo y el cuarto mes de vida, precisamente en la fase de desarrollo en la que el SMSL es más frecuente.
Los bebés con problemas de desarrollo parecen tener dificultades especiales en esta fase de transición. Sin embargo, las experiencias cotidianas del bebé también parecen desempeñar un papel importante. El equipo de autores se remite a la teoría de la evolución, según la cual las experiencias de cuidado propias de la especie fueron siempre también oportunidades de aprendizaje y entrenamiento para que el lactante practicara comportamientos protectores.
En el artículo se describe detalladamente como ejemplo de ello el hecho de beber del pecho de la madre, y de hecho las observaciones realizadas ya en la década de 1960 mostraron que esto probablemente también implica practicar y ampliar las habilidades para garantizar una respiración libre.
Basándose en estos descubrimientos y consideraciones, los científicos han desarrollado ahora un modelo integral para el desarrollo del SMSL, que denominan "modelo evolutivo-desarrollista". Según este modelo, la vulnerabilidad al SMSL se basa en un desequilibrio entre los factores de riesgo y los factores de protección que se forman durante el desarrollo del lactante. "Para nosotros, el SMSL representa un desequilibrio fatal entre los retos fisiológicos actuales y las capacidades protectoras adquiridas en el rumbo del desarrollo", afirma el doctor Herbert Renz-Polster.