MADRID 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las células B son fundamentales para el buen funcionamiento del sistema inmunitario, pero investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, han demostrado que a veces pueden hacer más daño que bien, ya que su número aumenta mucho después de un daño intestinal, impidiendo que el tejido se cure. Los resultados, que publican en la revista 'Immunity', pueden ser importantes para el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal.
Los linfocitos B son un tipo de glóbulos blancos que tienen una función importante en el sistema inmunitario, en parte produciendo los anticuerpos que atacan a las bacterias y los virus. Investigaciones anteriores han demostrado que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EII), como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, tienen muchas más células B en sus intestinos que los individuos sanos. Por ello, se ha propuesto que las células B podrían afectar a la gravedad de estas enfermedades. Los investigadores han intentado ahora descubrir si las células B contribuyen a la EII y, en caso afirmativo, cómo lo hacen.
"Hemos podido demostrar que la población de células B aumenta bruscamente en el colon durante la cicatrización de las lesiones colónicas, y que estas células se acumulan principalmente en las zonas donde el daño es grave --afirma el investigador principal, Eduardo Villablanca, profesor asociado del Departamento de Medicina (Solna) del Instituto Karolinska--. Esto impide, a su vez, la interacción entre otros dos tipos de células -las estromales y las epiteliales- que es necesaria para que el tejido se cure".
Los investigadores estudiaron un modelo experimental de colitis y tejido de pacientes con colitis ulcerosa, utilizando una serie de métodos para analizar las poblaciones celulares. Centrándose en particular en cómo las células B afectan a la curación de la mucosa intestinal, descubrieron que los ratones que carecían de células B se recuperaban mucho más rápidamente tras un daño intestinal que los ratones normales. El hallazgo de que las células B parecen hacer más daño que bien en la inflamación del colon puede ser importante para el tratamiento de la EII.
"Ya hay fármacos aprobados que afectan a la respuesta de las células B y que se utilizan para otras enfermedades --recuerda Gustavo Monasterio, postdoctorado del grupo de investigación del doctor Villablanca en el Instituto Karolinska y uno de los autores principales--. Ahora queremos comprobar si el agotamiento de los linfocitos B en ventanas temporales específicas podría funcionar también con la EII. También tenemos que averiguar si la acumulación de células B puede tener un efecto beneficioso a largo plazo, por ejemplo cambiando la composición de las bacterias en el tracto gastrointestinal".