MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las células T altamente especializadas son detectables en la sangre durante al menos 20 meses después de la infección por SARS-CoV-2, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
Los pacientes infectados por SARS-CoV-2 desarrollan respuestas inmunitarias protectoras, mediadas por células T y anticuerpos específicos del virus, poco después de la infección. Sin embargo, existe la preocupación de que la inmunidad no persista en el tiempo, lo que puede traducirse en una COVID-19 grave tras la reinfección.
En este trabajo, publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences', la líder del estudio, Anna Martner, y sus colegas informan de dos hallazgos principales. En primer lugar, varias variantes de células T específicas del virus se hicieron detectables en la sangre poco después de la COVID-19, pero desaparecieron sorprendentemente después de 10-12 semanas.
Sin embargo, un grupo de células T altamente especializadas, diseñadas para facilitar la eliminación de las células infectadas, permaneció activo en la sangre de todos los pacientes previamente infectados por el SARS-CoV-2. Estas células T no desaparecieron ni se redujeron incluso durante un seguimiento prolongado.
Los hallazgos podrían explicar el menor riesgo de enfermedad grave y mortalidad entre los pacientes que se han reinfectado por el SARS-CoV-2.
Estos científicos recogieron 81 muestras de sangre de miembros del personal del hospital que habían contraído la COVID-19 leve en el primer año de la pandemia y de controles no infectados. Los investigadores estudiaron la reactividad de las células T a una parte interna del SARS-CoV-2 (la nucleocápside del virus), captando así las respuestas de las células T que sólo se producen tras una infección natural.
Las muestras de sangre se expusieron a más de 100 péptidos de la parte de la nucleocápside del virus SARS-CoV-2. A continuación, los investigadores analizaron qué mediadores de las células T (citocinas) fueron producidos por las células sanguíneas para determinar la longevidad de la reactividad de las células T tras la infección.
Se observó que un subgrupo de células T especializadas (células Th1) que promueven la destrucción de las células infectadas por el virus estuvo activo durante al menos 20 meses después de la COVID-19 natural. Los pacientes infectados también albergaban otros tipos de células T que reaccionaban con el SARS-CoV-2. Estas últimas células T desaparecieron de la sangre aproximadamente 2 meses después de la recuperación de la infección.
"Mientras que ciertos subconjuntos de células T desaparecen poco después de la infección, las células T altamente especializadas (células T helper 1) permanecen presentes de forma estable en la sangre, lo que sugiere que un aspecto vital de la inmunidad protectora es funcional años después de la COVID-19. Estos resultados podrían explicar por qué la reinfección por el SARS-CoV-2 sólo se traduce en raras ocasiones en una COVID-19 grave", remacha Anna Martner.