MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los mamíferos tienen una escasa capacidad de recuperación tras una lesión de la médula espinal que puede provocar parálisis. Una de las principales razones es la formación de una compleja cicatriz asociada a la inflamación crónica que produce un microambiente celular que bloquea la reparación del tejido. Ahora,
Un equipo de investigación dirigido por Leonor Saude, jefa de grupo del Instituto de Medicina Molecular Joao Lobo Antunes (iMM), en Portugal y profesora de la Faculdade de Medicina da Universidade de Lisboa, ha demostrado que la administración de fármacos dirigidos a componentes celulares específicos de esta cicatriz, mejora la recuperación funcional tras la lesión.
Los resultados, publicados en la revista científica 'Cell Reports', sientan las bases de una nueva y prometedora estrategia terapéutica no sólo para las lesiones de la médula espinal, sino potencialmente para otros órganos que carecen de competencia regenerativa.
Este estudio se ha realizado en el iMM con la colaboración de investigadores de la Facultad de Medicina del CEDOC NOVA y ha sido financiado por la Fundación "la Caixa" - Convocatoria CaixaResearch y la Fundacao para a Ciencia e a Tecnologia (Portugal).
Leonor Saude y su equipo han estudiado las lesiones de la médula espinal utilizando dos modelos diferentes: el pez cebra, en el que hay una recuperación de la lesión espinal, y los mamíferos, que muestran una escasa recuperación. La densa cicatriz que se forma en el lugar de la lesión ha sido de especial interés.
En los mamíferos, tras la lesión medular, los investigadores observaron que las células empiezan a acumularse en la periferia de la lesión. Pero no cualquier célula: "Estas células se conocen como células senescentes. Tienen características y marcadores específicos y son lo que podemos llamar "células zombi", en las que se interrumpe el crecimiento y la división, pero en las que no se activa el programa normal de muerte celular", explica Leonor Saude.
"Mientras que en el pez cebra, la acumulación de estas células en la periferia de la lesión se elimina con el tiempo, en los mamíferos, estas células persisten y son componentes importantes de la densa cicatriz observada. Como las células senescentes tienen marcadores moleculares específicos, hay fármacos específicos que podrían probarse en este contexto", afirma Diogo Paramos-de-Carvalho, primer autor del estudio.
"Con la administración de diferentes fármacos senolíticos, que se dirigen específicamente a estas células senescentes, hemos observado una disminución progresiva de estas células, una disminución de la extensión de la cicatriz y menores niveles de inflamación debido a una menor secreción de factores profibróticos y proinflamatorios. Los cambios observados a nivel molecular subyacen a la mejora de las funciones locomotora, sensorial y vesical que también hemos encontrado", explica Isaura Martins, también primera autora del estudio.
"Aunque todavía estamos lejos de curar las lesiones medulares en humanos, estamos aprendiendo más sobre las firmas moleculares de estas lesiones y estos nuevos y prometedores resultados pueden abrir nuevas estrategias terapéuticas que pueden aplicarse no sólo a las lesiones medulares sino en otras condiciones que carecen de competencia regenerativa", señala Leonor Saude.