El cerebro de los adolescentes deprimidos silencia la información angustiosa

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Archivo - Depresión otoño - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / EVERSTE - Archivo
Publicado: lunes, 4 octubre 2021 7:53


MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los científicos han medido la actividad cerebral de jóvenes con y sin depresión, y han descubierto que los cerebros de los adolescentes deprimidos reaccionan de forma apagada a las imágenes angustiosas, según una nueva investigación presentada en la 34 conferencia anual del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP), la principal organización europea de neurociencia aplicada, que se celebra en Lisboa.

Las investigaciones anteriores con adultos deprimidos no muestran este efecto, lo que implica que el desarrollo del cerebro en la adolescencia puede tener vulnerabilidades específicas a la información perturbadora, y que tal vez el cerebro del adolescente deprimido evita la información que al final podría agravar la depresión. Se demostró que el tratamiento antidepresivo restablece esta actividad cerebral deprimida a niveles "saludables".

Los investigadores, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, compararon la actividad cerebral de 29 adolescentes deprimidos con la de 16 adolescentes sanos, de entre 13 y 18 años.

Comprobaron que cuando se mostraba a los adolescentes deprimidos una serie de fotos de imágenes angustiosas, se reducía la actividad, tal y como mostraba un escáner cerebral fMRI, (en comparación con los adolescentes no deprimidos) en las áreas cerebrales relacionadas con el procesamiento visual; el polo occipital (que procesa la información visual, y que se encuentra en la parte posterior del cerebro) y la circunvolución fusiforme (que participa en el procesamiento de las caras, el cuerpo y los colores, y que se encuentra cerca del tronco cerebral y el cerebelo). Las imágenes mostraban situaciones como alguien llorando, alguien visiblemente herido o alguien atacado.

La investigadora principal, la doctora Liliana Capito, explica que "la capacidad de regular las emociones es clave para el desarrollo social y emocional de los adolescentes. Lo que hemos visto en este estudio nos hace creer que los adolescentes deprimidos pueden evitar la información angustiosa, lo que podría intensificar su experiencia de depresión", apunta.

Sin embargo, añade que "hay otras interpretaciones posibles y se necesitan más trabajos para confirmar estas ideas. Por ejemplo, esto también podría reflejar una forma de "adormecimiento emocional", en la que los adolescentes deprimidos cierran sus emociones y no se sienten "involucrados" en lo que ocurre a su alrededor, o incluso reflejar dificultades para adoptar la perspectiva de otra persona, ya que las imágenes mostraban situaciones angustiosas que les ocurrían a otros".

La doctora resalta que "este efecto no se ha encontrado en trabajos anteriores en los que se utilizaron las mismas imágenes angustiosas en adultos con depresión, lo que podría implicar que hay vulnerabilidades potenciales en los cerebros de los adolescentes deprimidos que no se encuentran en los cerebros de los adultos deprimidos".

Los 29 adolescentes deprimidos recibieron el antidepresivo fluoxetina o un placebo. Tras una única dosis de 10 mg (una dosis inicial normal) de fluoxetina, se comprobó que la actividad cerebral de los adolescentes deprimidos aumentaba al mismo nivel que la de los adolescentes sanos (los adolescentes sanos no recibieron ni el antidepresivo ni el placebo por razones éticas).

Capito explica que "la fluoxetina aumentó la actividad neuronal tras una única dosis, mostrando efectos en el cerebro a las pocas horas de su administración. Esto podría implicar que esta medicación reduce la evitación del cerebro de experimentar estas imágenes angustiosas muy temprano en el tratamiento".

En su opinión, "este efecto podría ayudar a estos adolescentes deprimidos a abordar los problemas que surgen en la vida cotidiana, ayudándoles a afrontar la experiencia angustiosa. Sin embargo, esto es sólo una hipótesis de trabajo, y necesita ser confirmada en estudios más amplios".

"También queremos perfeccionar nuestros métodos, por ejemplo, introduciendo el seguimiento ocular, que nos ayudaría a saber si los participantes apartan activamente la mirada de las imágenes angustiosas --continúa--. También sería importante mejorar las imágenes mostradas, para reflejar mejor la realidad de las situaciones negativas que viven los adolescentes y hacerlas más personales".