MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un código de 18 dígitos que permite a las proteínas unirse a los exosomas, diminutos fragmentos de células que viajan por el cuerpo y transmiten señales bioquímicas, tal y como comentan investigadores del Hospital de Ottawa y de la Universidad de Ottawa (Canadá), en un trabajo publicado en 'Science Advances'.
Este hallazgo tiene importantes implicaciones para el floreciente campo de la terapia con exosomas, que busca aprovechar los exosomas para administrar medicamentos para diversas enfermedades.
"Las proteínas son los medicamentos caseros que elabora el propio organismo, pero no necesariamente se distribuyen bien por todo el organismo", describe el doctor Michael Rudnicki , autor principal del estudio y director del Programa de Medicina Regenerativa del Hospital de Ottawa y profesor de la Universidad de Ottawa. "Este descubrimiento nos permite aprovechar los exosomas para distribuir cualquier proteína por todo el cuerpo. Abre la puerta a un campo completamente nuevo de desarrollo de fármacos".
El doctor Rudnicki y su equipo descubrieron el código postal que se utiliza para dirigirse a los exosomas dentro de una proteína llamada Wnt7a, que desempeña un papel fundamental en el desarrollo, el crecimiento, la regeneración y el cáncer. Primero, demostraron que Wnt7a puede unirse a los exosomas. Luego, eliminaron varias partes de la proteína Wnt7a hasta que encontraron la parte más pequeña que era responsable de dirigirse a los exosomas.
Llamaron a esta parte, que consta de 18 aminoácidos, péptido de unión a exosomas (EBP). Luego descubrieron que el EBP se une a proteínas llamadas coatómeros en los exosomas, y que el EBP podría usarse para dirigir cualquier proteína a los exosomas.
"Los investigadores llevan años intentando convertir Wnt7a en un fármaco para la regeneración muscular, pero es muy difícil distribuir Wnt7a por todo el cuerpo, ya que está cubierto de moléculas grasas que no se mezclan bien con el fluido corporal", afirma la primera autora, la doctora Uxia Gurriaran-Rodríguez, ex becaria postdoctoral del grupo del doctor Michael Rudnicki, que ahora trabaja en el Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias (CIC bioGUNE) en España.
"Ahora que sabemos cómo se une Wnt7a a los exosomas, hemos resuelto este problema y ahora podemos acelerar el desarrollo de fármacos para enfermedades devastadoras como la distrofia muscular de Duchenne", añade.
Los exosomas se han convertido en un área de investigación importante tanto para los laboratorios académicos como para las empresas biofarmacéuticas, y DelveInsight predice un crecimiento "tremendo" en este campo. El Hospital de Ottawa, junto con la Universidad de Ottawa y otros socios, se ha convertido en un líder en la combinación de exosomas con proteínas, ARN y otras biomoléculas para desarrollar nuevas terapias.
El Centro de Fabricación de Bioterapéuticos del Hospital de Ottawa seguirá desempeñando un papel clave en la traducción de esta parte prometedora del ecosistema de innovación de las ciencias de la vida en beneficio de los pacientes.