MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han utilizado la terapia genética para regenerar las fibras nerviosas dañadas del ojo en un experimento en laboratorio, dentro de un descubrimiento que podría ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos para el glaucoma, una de las principales causas de ceguera en todo el mundo.
Los axones (fibras nerviosas) del sistema nervioso central (SNC) de los adultos normalmente no se regeneran después de una lesión o enfermedad, lo que significa que el daño suele ser irreversible. Sin embargo, en la última década se han hecho varios descubrimientos que sugieren que puede ser posible estimular la regeneración.
En un estudio publicado en la revista científica 'Nature Communications', los científicos comprobaron si el gen responsable de la producción de una proteína conocida como protrudina podría estimular la regeneración de las células nerviosas y protegerlas de la muerte celular después de una lesión.
El equipo utilizó un sistema de cultivo celular para hacer crecer células cerebrales en un plato. Luego dañaron sus axones con un láser y analizaron la respuesta a esta lesión con un microscopio de células vivas. Los investigadores encontraron que el aumento de la cantidad o la actividad de la protrudina en estas células nerviosas aumentó enormemente su capacidad de regeneración.
Las células nerviosas de la retina, conocidas como células ganglionares de la retina, extienden sus axones desde el ojo hasta el cerebro a través del nervio óptico para transmitir y procesar la información visual. Para investigar si la protrudina podría estimular la reparación en el SNC lesionado en un organismo intacto, los investigadores utilizaron una técnica de terapia genética para aumentar la cantidad y la actividad de la protrudina en el ojo y el nervio óptico.
Cuando midieron la cantidad de regeneración unas semanas después de una lesión por aplastamiento del nervio óptico, el equipo descubrió que la protrudina había permitido que los axones se regeneraran a grandes distancias. También encontraron que las células del ganglio retiniano estaban protegidas de la muerte celular.
Los investigadores mostraron que esta técnica puede ayudar a proteger contra el glaucoma, una enfermedad ocular común. En el glaucoma, el nervio óptico que conecta el ojo con el cerebro se daña progresivamente, a menudo en asociación con una presión elevada dentro del ojo. Si no se diagnostica a tiempo, el glaucoma puede provocar la pérdida de la visión.
Para demostrar este efecto protector de protrudin contra el glaucoma, los investigadores utilizaron una retina entera de un ojo de ratón y la cultivaron en un plato de cultivo celular. Por lo general, alrededor de la mitad de las neuronas de la retina mueren a los tres días de la eliminación de la retina, pero los investigadores encontraron que el aumento o la activación de protrudin llevó a una protección casi completa de las neuronas de la retina.
"Nuestra estrategia se basa en el uso de la terapia genética (un enfoque ya en uso clínico) para entregar protrudina en el ojo. Es posible que nuestro tratamiento pueda desarrollarse más como una forma de proteger las neuronas de la retina de la muerte, así como estimular sus axones para que vuelvan a crecer. Es importante señalar que estos hallazgos necesitarían más investigación para ver si pueden ser desarrollados en tratamientos efectivos para los humanos", explica la primera autora del estudio, Veselina Petrova, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge.
La protrudina normalmente reside dentro del retículo endoplásmico, pequeñas estructuras dentro de nuestras células. En este estudio, el equipo demostró que el retículo endoplásmico que se encuentra en los axones parece proporcionar materiales y otras estructuras celulares importantes para el crecimiento y la supervivencia con el fin de apoyar el proceso de regeneración después de una lesión. La protrudina estimula el transporte de estos materiales al lugar de la lesión.