MADRID, 9 Mar. (EDIZIONES) -
La COVID-19 es un término femenino, pese a que lo vemos mucho escrito como 'el COVID' y así lo confirma la Real Academia de la Lengua Española (RAE), aunque cada vez más se está generalizando su uso masculino.
Esta enfermedad, según explica el especialista en medicina familiar y comunitaria el doctor Fernándo Fabiani, deriva de 'coronavirus disease 2019' o enfermedad por coronavirus 2019.
"No se trata del primer coronavirus que afecta al ser humano, hay seis previos al que nos ocupa y que nos han tenido tan ocupados. (...) Cuatro de ellos provocan poco más que un catarro leve, los otros dos sí han causado brotes de enfermedad grave en humanos, el SARS-CoV del año 2000 y el MERS-CoV de 2012", relata.
Sobre el SARS-CoV-2, protagonista de la actual pandemia, dice que "igual o más viral que el propio virus han sido los bulos, mitos, y casi leyendas que han volado por redes sociales y grupos de WhatsApp".
Así, y con el objetivo de desmontar los mitos más extendidos sobre la COVID -19 en la nueva edición de ¿Te puedo hablar claro? (Aguilar) ha incluido un contenido extra en el que enumerar los principales bulos que se han extendido sobre la misma.
En una entrevista con Infosalus, el doctor Fernando Fabiani, nos destaca los siguientes:
1.- El uso de las mascarillas puede afectar a la oxigenación o puede representar un problema para la salud, no se pueden llevar mucho tiempo porque te intoxicas con tu propio dióxido de carbono, algo que genera un problema peligroso. "Es un mito que hay que desmontar, cuando está demostrado que es una herramienta fundamental frente al contagio de COVID", subraya.
2.- Todo lo que rodea a los suplementos vitamínicos como algo curativo de la COVID. "Se ve constantemente, porque más allá de que no suelen ser peligrosos para la salud a determinadas personas les puede generar un coste que no pueden asumir, no son baratos, y después nos puede generar una falsa sensación de tranquilidad. 'Como yo tomo esto me quedo tranquilo en este sentido'. La solución no está en atiborrarse a ellos, no hay vitaminas que nos hagan inmunes frente al coronavirus", advierte.
3.- Fabiani rechaza también todos los "remedios absurdos" que han surgido y curiosamente tocaban hábitos tóxicos, como la creencia difundida en esta etapa de que el fumar protegía del coronavirus, o el beber alcohol desinfecta las manos. "Afortunadamente ya no se oyen pero pretender que con el uso de tóxicos nos protegemos de la COVID es peligroso. Sí se ha demostrado que las enfermedades crónicas aumentan el riesgo de enfermedad grave por coronavirus SARS-CoV-2, con lo cual el hábito tóxico nunca es una buena idea, y en pandemia menos todavía", declara.
4.- Intentar matar al coronavirus de forma peregrina. Hay una forma muy sencilla, lavarnos las manos con agua y con jabón, o como alternativa el gel hidroalcoholico, pero se han corrido bulos de que se puede matar con un secador de pelo con aire caliente, que para limpiar superficies en lugar de agua con lejía pues se venden unas máquinas portátiles de radiaciones ultravioleta. Cree que afortunadamente tenemos remedios útiles, agua y jabón, y para superficies un litro de agua con dos cucharadas de lejía. Estas ideas, en su opinión, nos alejan de algo eficaz y barato, y nos pueden conducir a cosas ineficaces que al final responden a un oportunismo que tenemos que intentar evitar.
5.- Poniéndonos más serios, el doctor resalta que esa frase de que "la COVID no entiende de clases sociales" merece ser colocada a la altura de mito porque, "evidentemente el virus como ser vivo no entiende, infecta al cuerpo que se encuentra, pero la pandemia y su forma de afectar depende, y mucho, de las clases sociales es algo más que evidente".
Según insiste, no todo el mundo tiene ocasión de teletrabajar, como por ejemplo los repartidores a domicilio o los cajeros en supermercados. "Todos estos mensajes son mitos y una de las cosas que deberíamos aprender después de un año es que la clase social y la situación socioeconómica han afectado en el riesgo de manejar la enfermedad y las consecuencias a nivel sanitario y económico", sentencia el especialista en medicina familiar y comunitaria Fernando Fabiani.