MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación dirigida por 'University College London' (UCL), en Reino Unido, ha descubierto que las cinco habilidades sociales más determinantes para el bienestar: la estabilidad emocional, la determinación, el control, el optimismo y la conciencia.
Según se desprende del trabajo, que ha sido publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', desempeñan un papel clave en la promoción del éxito educativo y ocupacional en la vida temprana, pero se sabe poco acerca de su importancia en la vida posterior.
Para llegar a esta conclusión, los académicos examinaron el impacto de estos atributos en más de 8.000 hombres y mujeres de 52 años o más que participaron en el 'Estudio Longitudinal Inglés del Envejecimiento'.
Los investigadores encontraron que las personas que tienen más habilidades sociales disfrutan de una gama de beneficios incluyendo una mayor estabilidad financiera, menos depresión, un bajo aislamiento social, una mejor salud y menos enfermedades crónicas.
Se beneficiaron de biomarcadores objetivos favorables en la sangre, incluyendo niveles más bajos de colesterol y de proteína C reactiva, un marcador de inflamación relevante para una serie de enfermedades diferentes.
Además, también tenían una cintura más pequeña, donde la acumulación de grasa es particularmente relevante para las enfermedades metabólicas y cardiovasculares, que las personas con pocas habilidades para la vida.
NINGUNA ES MÁS RELEVANTE QUE OTRA, LO QUE IMPORTA ES EL CONJUNTO
"Ningún atributo era más importante que otros, sino que los efectos dependían de la acumulación de habilidades", detalla el codirector de la investigación, Andrew Steptoe, profesor de 'UCL Epidemiology and Public Health'.
El estudio encontró una gama de salud y resultados sociales en función del número de habilidades de vida que tiene una persona. Por ejemplo, la proporción de participantes que dijeron tener síntomas depresivos significativos disminuyó del 22,8 por ciento entre aquellos con habilidades de vida baja a 3,1 por ciento en aquellos con cuatro o cinco habilidades.
Casi la mitad de las personas que reportaron los niveles más altos de soledad presentaban menos habilidades, disminuyendo a 10,5 por ciento en aquellas con cuatro o cinco atributos. El voluntariado regular aumentó del 28,7 al 40 por ciento con un número creciente de habilidades para la vida.
En cuanto a la salud, la proporción de entrevistados que clasificaron su salud como sólo buena o mala fue de 36,7 por ciento entre aquellos con pocas habilidades en la vida, cayendo a 6 por ciento en los participantes con un mayor número de atributos. Las personas con más habilidades andaban significativamente más rápido que aquellos con menos -la velocidad a la hora de caminar es una medida objetiva que predice la mortalidad futura en las muestras de población más viejas--.
Aunque no pueden extraerse conclusiones causales de los estudios observacionales, los investigadores tuvieron en cuenta la función cognitiva, la educación y los antecedentes familiares, descartándolos como responsables de los resultados asociados con las habilidades para la vida. "Hay investigaciones sobre factores individuales como la conciencia y el optimismo en los adultos, pero las combinaciones de estas habilidades de la vida no se han estudiado mucho antes", dice Steptoe.
"Nos sorprendió la variedad de procesos --económicos, sociales, psicológicos, biológicos y relacionados con la salud y la discapacidad-- que parecen estar relacionados con estas destrezas para la vida. Nuestra investigación sugiere que fomentar y mantener estas habilidades en la vida adulta puede ser relevante para la salud y el bienestar en edades más avanzadas", aconseja.