MADRID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores han descubierto una señal inmunológica promueve la producción de grasa beige que quema energía, según un nuevo estudio publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology' por Zhonghan Yang de la Universidad Sun Yat-Sen, en China, y sus colegas. El hallazgo podría conducir a nuevas formas de reducir la obesidad y tratar los trastornos metabólicos.
El color beige de este tipo de grasa se debe a su alta concentración de mitocondrias, las centrales eléctricas de la célula. Las mitocondrias queman moléculas de alta energía como las grasas y los azúcares con oxígeno, liberando energía.
Normalmente, esa energía se almacena como ATP, el 'combustible' que la célula utiliza para casi todas sus actividades. Pero en la grasa beige, las mitocondrias acumulan una proteína llamada 'proteína de desacoplamiento-1' que limita la producción de ATP, generando calor en su lugar.
Los bebés nacen con grasa parda, un tejido similar concentrado en la región de los hombros, que les ayuda a mantenerse calientes, pero la grasa parda se pierde gradualmente con la edad. No así la grasa beige, que está más distribuida y que puede generarse a lo largo de la vida en respuesta tanto al frío como a la estimulación neuronal u hormonal.
Trabajos recientes, entre los que se encuentran los autores del nuevo estudio, han revelado que las citoquinas -moléculas de señalización del sistema inmunitario- desempeñan un papel en la regulación de la grasa beige.
Para profundizar en esa regulación, los autores manipularon los niveles de la citoquina interleucina-25 y demostraron que un aumento de la citoquina podía imitar los efectos tanto del frío como de la estimulación de un receptor hormonal en el aumento de la producción de grasa beige en ratones.
Rastrearon la cadena de señalización más allá, mostrando que la IL-25 ejercía sus efectos a través de otras dos citocinas, que a su vez regulaban las células inmunitarias llamadas macrófagos. Esas células actuaban sobre las neuronas que terminan en el tejido adiposo beige, promoviendo un aumento de la producción del neurotransmisor norepinefrina, que ya se sabía que promovía la producción de grasa beige. Así, el trabajo de los autores reveló la secuencia de señales reguladoras que comienza con la IL-25 y termina con la liberación de norepinefrina y el aumento de la grasa beige.
Por último, los autores demostraron que la administración de IL-25 a ratones que seguían una dieta rica en grasas evitaba que se volvieran obesos y mejoraba su capacidad de mantener la respuesta a la insulina, que está deteriorada en la obesidad crónica.
"Nuestros resultados demuestran que la interleucina-25 desempeña un papel clave en la producción de grasa beige --destaca Yang--, y apuntan hacia el aumento de la señalización de la interleucina-25 como posible tratamiento de la obesidad".