MADRID, 12 Ago. (EDIZIONES) -
Hay que tener mucho cuidado con los gatos y no sólo con los callejeros, sino también con los de nuestra propia casa, y especialmente si no los tenemos bien desparasitados. Hay una enfermedad que pueden transmitirnos al lamernos, mordernos, o bien al arañarnos.
La 'bartonellosis', como así se llama en lenguaje médico esta patología, es una enfermedad bacteriana que la transmiten los gatos. En concreto, la bacteria 'Bartonella henselae', de la que casi la mitad de los gatos son portadores de esta infección en algún momento, según precisa en una entrevista con Infosalus el experto en Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Córdoba, el doctor Rafael Cuenca.
Aunque esta afección no hace enfermar a los gatos, sí estos pueden transmitírsela a los humanos. "Se trata de una enfermedad relativamente común y se transmite por el gato cuando sufrimos un arañazo o mordedura, o con la simple lamedura sobre una superficie corporal con pequeñas heridas, o sobre las mucosas (boca o ojos). También se puede transmitir, aunque son casos menos frecuentes, por las pulgas de los gatos", afirma.
Este especialista remarca que se trata de una enfermedad más frecuente entre los niños y los adolescentes, quienes generalmente no suelen lavarse las manos después de jugar con los gatos.
Por eso, hace hincapié en la prevención de esta enfermedad, señalando la necesidad de que después de jugar con los gatos, uno se debe lavar las manos, además de intentar que los mininos no nos laman sobre las mucosas o superficies con heridas, aparte de que ve imprescindible tenerlos bien desparasitados.
Aquí llama la atención sobre la importancia una vez más de no jugar con gatos callejeros, ya que apenas mantienen un control sobre su higiene y pueden transmitir por tanto esta enfermedad más fácilmente.
En cuanto a los síntomas, el doctor Cuenca subraya que, habitualmente, y después de sufrir el arañazo, mordedura, , en torno a una semana después aparece una lesión o 'papula', una pequeña elevación de la piel rojiza en la zona de la inoculación. Seguidamente, unas dos o tres semanas después, aparece la inflamación de un ganglio, generalmente en la axila, y es cuando el paciente se da cuenta de que algo no va bien.
"La zona más frecuente es en la axila y ahí se nota un bulto, un dolor, e incluso un cuadro parecido a un cuadro vírico con un poco de fiebre, malestar, mal cuerpo, y dolor de cabeza. La forma más frecuente de consultar al médico es porque se notan los ganglios o bultos en las axilas y asusta bastante", remarca el especialista de Quirónsalud Córdoba.
A su vez, llama la atención sobre el hecho de que ese ganglio en la axila puede confundirse con patologías más graves que la bartonellosis, por eso remarca que contar con el antecedente del gato orienta y mucho a los especialistas.
En este contexto, el también miembro de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) advierte de que la sintomatología de la enfermedad por arañazo de gato puede ser rara, aunque esto es poco frecuente, y puede llegar a afectar al sistema nervioso central, o bien a los ojos; aunque reitera que se trata de ocasiones muy raras.
LAS DISTINTAS VÍAS PARA EL DIAGNÓSTICO
Habitualmente, el experto detalla que el diagnóstico se hace de las siguientes formas:
1.- Diagnostico rápido y eficaz a través de analítica de sangre donde se ve la serología, y eso nos da información importante de si el paciente ha estado en contacto con la 'bartonella'.
2.- En los casos con dudas, donde el ganglio ecográficamente produce incertidumbre, se procede a coger una muestra a través de una punción. Se puede extraer una pequeña muestra o bien extraer el ganglio entero para después analizar las muestras, según sea el caso.
3.- Otra forma de conocer la infección es a través de la PCR, esta prueba tan famosa con el COVID-19, y que permite analizar el DNA o material genético de la bacteria.
En última instancia, el doctor Rafael Cuenca resalta que el tratamiento consiste en la toma de analgésicos para bajar la inflamación del ganglio, aunque también es bueno el calor para disminuirlos. Cuando el cuadro clínico lo requiere se emplea antibiótico específico, y estos "son muy eficaces para el tratamiento de la infección".