MADRID, 11 Sep. (EDIZIONES) -
Una persona que padece el síndrome de fatiga crónica (SFC) es una persona que padece gran fatiga y otros síntomas relacionados. Se encuentra tan cansada que se ve incapaz de seguir con el ritmo de su día a día, muchas veces con la incomprensión de los que están a su alrededor.
Su inicio puede ser repentino, y a veces después de padecer una infección, como por ejemplo una gripe. "No obstante, los síntomas varían mucho entre una persona y otra, y pueden persistir durante meses o años, o incluso toda la vida", según relata el doctor Ramón Sanmartín en una entrevista con Infosalus, el médico especialista en Medicina Interna y miembro de la Sociedad Española de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica (SEFIFAC).
Este experto resalta también que el SFC representa un conjunto de síntomas y de signos que sobre todo se caracterizan por tener un cansancio, a veces invalidante, y diferente del que estamos acostumbrados las personas sanas, que no se recupera con el reposo, y que empeora con el ejercicio.
Además, advierte de que esta fatiga puede acompañarse de otra sintomatología, como pueden ser los trastornos del sueño, el insomnio, las dificultades para conciliarlo y para mantenerlo, de trastornos del ritmo intestinal, de cefaleas, de mareos, incluso de alteración en la marcha, o de síncopes en algunos casos, entre otros.
Según describe el también responsable asistencial del programa de Síndrome de Fatiga Crónica de la Unidad de Sensibilización Central del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, el SFC se agrupa dentro de los síndromes de sensibilización central, donde también se encontrarían la Sensibilidad Química Múltiple o la Fibromialgia.
"Puede existir una relación entre ellos. Muchas veces la fibromialgia no va sola, sino que puede acompañarse de fatiga crónica, o incluso presentar algunos rasgos de Sensibilidad Química Múltiple. De hecho, en algunos casos es difícil establecer dónde empieza uno y dónde acaba el otro", agrega.
El Centro para el Control de la Enfermedad de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) establece que los estándares para el diagnóstico del SFC incluyen a la astenia (cansancio) intensa, y a la fatigabilidad fácil que no se recupera con el descanso nocturno. De hecho, advierte de que la fatiga llega a hacerse tan severa que obliga a reducir las actividades diarias al 50%.
Además, señala que los síntomas del síndrome de fatiga crónica no se presentan siempre con el mismo grado de severidad o en la misma secuencia temporal, sino que hay casos en que los síntomas desaparecen durante algún tiempo.
¿CUÁL PODRÍA SER SU ORIGEN?
En cuanto a su causa, el doctor Sanmartín subraya que a día de hoy se desconoce, si bien reconoce que existen "múltiples teorías", desde que se trata de una fatiga postviral y secundaria a un proceso infeccioso, o la más extendida que apunta a una posible razón inmunólogica o genética.
"A día de hoy no hay nada que lo explique al 100%, pero hay muchos estudios en marcha y hay cosas que sugieren que no es una patología psicológica. Durante mucho tiempo se ha pensado que es una enfermedad mental, pero una persona que no se encuentra bien tendrá sensación de ansiedad, de preocupación, de angustia, sensaciones o sentimientos que pueden ser consecuencia del SFC", remarca.
MÁS FRECUENTE ENTRE LAS MUJERES
Por otro lado, el miembro de SEFIFAC revela que se trata de una patología más frecuente entre mujeres que en hombres, siendo quizás el 90-95% de los pacientes mujeres, aunque insiste en que en la actualidad se desconoce exactamente el porqué. Aquí recuerda que en el caso de las enfermedades autoinmunes o reumatológicas siempre hay una mayor prevalencia del sexo femenino.
Sobre si tiene curación, el doctor Sanmartín lamenta que en la actualidad no, si bien celebra que sí que se puede aliviar gracias a algunos tratamientos de fisioterapia. "No hay nada que lo cure pero si se acompaña de patología como fibromialgia puede haber ciertos fármacos para controlar los dolores", puntualiza el responsable asistencial del programa de Síndrome de Fatiga Crónica de la Unidad de Sensibilización Central del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Eso sí, este especialista en SFC sí resalta que el ejercicio físico suave y adaptado a las características de los pacientes contribuye a mejorar la tolerancia hacia la actividad física de los mismos, y a la calidad de vida de los pacientes, porque en algunos casos este síndrome llega a ser invalidante.
"Es una enfermedad reconocida por la OMS. Habría que abandonar la idea de que es un problema mental. El cansancio y el dolor son síntomas reales y que no hay que menospreciar. Muchas veces me encuentro con pacientes que sufren con la incomprensión laboral, con la de sus amigos, o incluso con la de la propia pareja que no entiende qué les pasa y es una cosa a tener presente. Quien lo padece lo pasa mal y además muchas veces se siente incomprendida por el entorno", sentencia el doctor Sanmartín.