Cómo los coágulos sanguíneos dañan el cerebro y el cuerpo en el Covid-19

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MADRID 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un estudio realizado por Gladstone Institutes (California, Estados Unidos) que redefine lo que se sabe sobre el Covid-19 y sus síntomas más desconcertantes ha descubierto que la proteína de coagulación sanguínea fibrina causa la coagulación e inflamación inusuales que se han convertido en características de la enfermedad, al tiempo que suprime la capacidad del cuerpo para eliminar el virus.

El estudio, publicado en 'Nature', también ha indentificado una nueva terapia con anticuerpos para combatir todos estos efectos nocivos. A través de experimentos en el laboratorio y con ratones, los investigadores demuestran que la coagulación sanguínea es, en cambio, un efecto primario, que provoca otros problemas, como la inflamación tóxica, la disminución de la eliminación del virus y los síntomas neurológicos que prevalecen en las personas con Covid-19 y Covid prolongada.

El desencadenante es la fibrina, una proteína presente en la sangre que normalmente permite una coagulación sanguínea saludable, pero que ya se ha demostrado que tiene efectos inflamatorios tóxicos. En el nuevo estudio, los científicos descubrieron que la fibrina se vuelve aún más tóxica en el caso del Covid-19, ya que se une tanto al virus como a las células inmunitarias, creando coágulos inusuales que provocan inflamación, fibrosis y pérdida de neuronas.

"Al saber que la fibrina es la causante de la inflamación y de los síntomas neurológicos, podemos crear un nuevo camino para tratar la enfermedad desde su origen", afirma la investigadora principal de Gladstone y directora del Centro de Inmunología Neurovascular Cerebral de Gladstone y de la Universidad de California en San Francisco, la doctora Katerina Akassoglou. "En nuestros experimentos con ratones, neutralizar la toxicidad sanguínea con la terapia con anticuerpos de fibrina puede proteger el cerebro y el cuerpo después de la infección por Covid-19", añade.

Desde los primeros meses de la pandemia, la coagulación sanguínea irregular y los accidentes cerebrovasculares surgieron como efectos desconcertantes del Covid-19, incluso entre pacientes que por lo demás eran asintomáticos.

Muchos científicos y profesionales médicos han planteado la hipótesis de que la inflamación provocada por la rápida reacción del sistema inmunitario al virus que causa el Covid-19 es lo que provoca la coagulación sanguínea y el accidente cerebrovascular.

A través de múltiples experimentos en ratones, los investigadores descubrieron que la proteína de la espícula del virus se une directamente a la fibrina, lo que provoca coágulos sanguíneos estructuralmente anormales con una mayor actividad inflamatoria. El equipo aprovechó herramientas genéticas para crear una mutación específica que bloquea únicamente las propiedades inflamatorias de la fibrina sin afectar las capacidades beneficiosas de la proteína para la coagulación sanguínea.

Cuando los ratones fueron alterados genéticamente para llevar la fibrina mutante o no tenían fibrina en su torrente sanguíneo, los científicos descubrieron que la inflamación, el estrés oxidativo, la fibrosis y la coagulación en los pulmones no ocurrieron o se redujeron mucho después de la infección por Covid-19.

Además de descubrir que la fibrina desencadena la inflamación, el equipo hizo otro descubrimiento importante: la fibrina también suprime las células asesinas naturales (NK) del cuerpo, que normalmente trabajan para eliminar el virus del organismo. Sorprendentemente, cuando los científicos redujeron la fibrina en los ratones, las células NK pudieron eliminar el virus. Estos hallazgos respaldan que la fibrina es necesaria para que el virus dañe el cuerpo.

El mecanismo de fibrina descrito en el artículo no está relacionado con la complicación trombótica extremadamente rara con plaquetas bajas que se ha relacionado con las vacunas de ADN adenoviral Covid-19, que ya no están disponibles en EEUU.

En cambio, en un estudio de 99 millones de personas vacunadas contra la Covid-19 dirigido por el Proyecto Global de Seguridad de las Vacunas contra la COVID-19, las vacunas que aprovechan la tecnología de ARNm para producir proteínas de la espícula en el organismo no mostraron coagulación excesiva ni trastornos sanguíneos que cumplieran con los requisitos de seguridad. En cambio, las vacunas de ARNm protegen de las complicaciones de coagulación que de otro modo induciría la infección.