MADRID 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
La coinfección del SARS-CoV-2 y el virus de la gripe A no cambia ni la trayectoria ni la gravedad del virus de la gripe A, independientemente del momento en que se produzca. Pero si el huésped contrae primero el virus de la gripe A, la respuesta a esa infección puede suprimir significativamente el SARS-CoV-2, según una investigación publicada esta semana en el 'Journal of Virology', una publicación de la Sociedad Americana de Microbiología.
"La investigación es importante, porque la población humana tiene ahora dos virus respiratorios de ARN en circulación con alto potencial pandémico: El SARS-CoV-2 y la gripe A --explican los investigadores--. Dado que ambos virus infectan las vías respiratorias y pueden provocar una morbilidad y mortalidad significativas, es imperativo que también comprendamos las consecuencias de la coinfección".
Varios estudios clínicos habían informado anteriormente sobre la coinfección del SARS-CoV-2 con otros virus. "En particular, la coinfección con el SARS-CoV-2 y el virus de la gripe A fue común al principio de la pandemia de COVID-19, antes de la aplicación de las máscaras y el distanciamiento social --añade el autor correspondiente Benjamin R. tenOever, profesor de microbiología de la Universidad de Nueva York y autor del estudio--. Estos virus infectan las mismas células de las vías respiratorias".
Concretamente, los investigadores descubrieron que el virus de la gripe A interfiere en la replicación del SARS-CoV-2 en el pulmón y puede seguir haciéndolo incluso más de una semana después de la eliminación de la gripe A, según la investigación.
"Estos datos sugieren la presencia de factores intrínsecos o inducidos por el virus de la gripe A que pueden restringir el crecimiento del SARS-CoV-2, pero sigue sin estar claro si este efecto desempeña un papel en la gravedad de la enfermedad", añaden.
Los investigadores realizaron los experimentos en células cultivadas, así como en un modelo animal de hámster dorado. "A los animales se les administraron los dos virus simultáneamente, y se les examinó en los días 1, 3, 5, 7 y 14 después de la infección", apunta tenOever.
También llevaron a cabo experimentos en los que primero enfrentaron a los animales con cualquiera de los dos virus, seguidos tres días más tarde por el otro virus, monitoreando ellos en los días 1, 3 y 5 post-segundo desafío.
"Este estudio podría servir de ejemplo de cómo una respuesta inmunitaria a algo no relacionado puede proporcionar protección contra el SARS-CoV-2", subraya tenOever.
El equipo demostró que la coinfección no da lugar a un peor resultado de la enfermedad en un modelo animal. "Estos resultados sugieren que la coinfección con el SARS-CoV-2 y el virus de la gripe A no representa una amenaza inminente para la humanidad", asegura tenOever.