MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un circuito neuronal ocurrido en el hipotálamo hace que la comida parezca más sabrosa cuando se tiene hambre, según han demostrado un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Fisiológicas de Japón en un estudio publicado en la revista 'Nature Communications'.
Generalmente, las persona suelen preferir los sabores dulces porque se asocian a alimentos ricos en calorías, evitando los amargados porque eluden a productos en mal estado. No obstante, cuando se tiene hambre estas percepciones suelen modificarse.
Y es que, según han observado los científicos en ratones, aquellos que tenían más hambre solían preferir más los alimentos dulces, si bien no rechazaban tanto los amargos. A raíz de esta observación, analizaron las neuronas que expresan el péptido relacionado con Agouti (AgRP), el cual se sabe que se activan durante los estados de hambre para desencadenar el comportamiento de alimentación.
De esta forma, los investigadores identificaron dos vías neuronales que subyacen a los cambios inducidos por el hambre en las preferencias de sabor. "Las neuronas que expresan AgRP se encuentran en el hipotálamo, que es una región del cerebro que juega un papel vital en la regulación del apetito. Activamos selectivamente estas neuronas que expresan AgRP en ratones usando técnicas quimiogenéticas y optogenéticas para ver si influyen en la percepción de los gustos observados en condiciones de ayuno", han explicado los autores.
Las técnicas optogenéticas y quimiogenéticas son métodos comúnmente utilizados para estudiar la actividad neuronal porque pueden manipular la actividad neuronal con mucha precisión. La optogenética introduce agentes sensibles a la luz en las neuronas diana cuya actividad puede ser manipulada por la luz, mientras que la quimiogenética introduce receptores de diseño para afectar a la actividad de las neuronas diana por sus ligandos sintéticos específicos.
Después de la activación de la neurona que expresa AgRP, las neuronas de glutamato que se proyectan hacia el tabique lateral del hipotálamo aumentaron la preferencia por los sabores dulces, y las que se proyectaban hacia la habénula lateral disminuyeron la sensibilidad a los sabores amargos.
"Los próximos pasos serán investigar si estas vías neuronales hipotalámicas están alteradas en condiciones fisiopatológicas como la diabetes y la obesidad. Y es que, ya sabemos que las personas con obesidad tienen una fuerte preferencia por la dulzura, lo que podría estar asociado a un cambio en la actividad de las neuronas de glutamato que se proyectan hacia el tabique lateral", han zanjado los investigadores.