MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 23 por ciento de los españoles ha reconocido haber hecho acopio de alimentos "por si acaso" desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, según ha consultado el observatorio de 40 dB, que agrega que el 25 por ciento no lo ha hecho pero sí se lo ha planteado.
La guerra en Ucrania y los posibles problemas económicos y de suministro derivados de este conflicto han hecho que crezca la incertidumbre en los consumidores. Así lo corroboran el 92 por ciento de los españoles que cree que la guerra entre Rusia y Ucrania afecta negativamente a la economía española y solo un tres por ciento niega que sea así.
"En época de crisis económica, o cuando se producen situaciones que generan incertidumbre sobre el tiempo que pueden prolongarse y la posibilidad de que se agraven, el consumidor tiene una sensación de pérdida de seguridad y desarrolla un comportamiento de compra compulsiva (emocional)", ha explicado Neus Soler, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En esta misma línea, Juan Carlos Gázquez-Abad, también profesor colaborador de estos Estudios, ha señalado que la parte emocional derivada de una situación extrema y complicada hace que los consumidores se vuelvan más sensibles a todo lo relacionado con el entorno e intenten maximizar su sensación de seguridad. "Pero, por otra parte, lo racional hace al consumidor intentar reducir los gastos lo máximo posible, incrementar el ahorro y sentir que la situación está 'bajo control'", ha precisado.
Uno de los productos sobre el que se ha detectado esta situación es el aceite de girasol. Según los expertos de la UOC, el consumo de aceite de girasol que tiene un español durante todo un año es de 4 litros; desde el inicio de la guerra en Ucrania, el gasto que están haciendo algunos consumidores es de 5 litros al mes. Esta reacción es lo que los expertos consideran "efecto acopio".
"Es la acción que realiza un consumidor al comprar más productos de los que realmente va a consumir en un período corto de tiempo para tenerlos como reserva en sus despensas. Se trata de un comportamiento que normalmente se produce debido a la falsa sensación de desabastecimiento de ciertos productos o por el anuncio de un encarecimiento de la materia prima que le lleva a comprar el producto en este momento y en mayor cantidad, antes de que suba de precio", ha detallado Cristian Castillo, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
Una situación similar ocurrió durante el inicio de la pandemia con el papel higiénico, donde también aumentó la compra emocional de este producto en tiempos de inestabilidad. "Cuando las experiencias que hemos vivido anteriormente han dejado un poso de intranquilidad en nosotros (con la pandemia aprendimos que la sensación de estar seguros se puede ver alterada en cualquier momento), ante una nueva situación excepcional o diferente se nos puede disparar enseguida la alarma, haciendo que reaccionemos de una forma exagerada", ha afirmado Soler.