MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Retrasar la edad de inicio del consumo de alcohol para acercarlo lo máximo posible a la mayoría de edad; reducir el número de menores consumidores, y el abuso entre los que ya consumen, son algunos de los objetivos planteados por los agentes sociales y administraciones sanitarias en todo el mundo.
Para conseguir esta meta es necesario conocer cómo, dónde y cuándo beben los más jóvenes para poder realizar mejores estrategias de intervención. En el caso de España, por el momento sabemos que el consumo de alcohol ha aumentado en los dos últimos años, sobre todo entre los de 14 y 15 años, y hasta el 62 por ciento de los adolescentes de 14 a 18 años ha hecho botellón en el último año.
No obstante, el consumo de alcohol en los jóvenes varía según características como la edad, el género, la frecuencia de beber, fumar y conductas desviadas, según un estudio longitudinal de los patrones de consumo y las características demográficas y psicosociales asociadas con el consumo de los jóvenes en los diferentes contextos, cuyos resultados se publicarán en la edición de abril de 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research' y están actualmente disponibles en la visión temprana.
"Estudios anteriores han identificado lugares asociados con resultados específicos relacionados con el consumo negativo", explica Sharon Lipperman-Kreda, científica investigadora senior en el Instituto Pacífico de Investigación y Evaluación, en Oakland, California, Estados Unidos, además de autora de este nuevo trabajo.
"Por ejemplo, un análisis encontró que beber en un lugar público se asoció con una mayor consumo por chicas jóvenes en comparación con la ingesta en un lugar privado. Otro estudio de jóvenes de 15-20 años de edad vio que la frecuencia de consumo de alcohol en los restaurantes y en los coches aumentó de la probabilidad de beber y conducir", añade.
Entre los estudiantes universitarios de California, el consumo de alcohol relacionados con practicar sexo con un extraño era 10 veces más probable que ocurriera en las fiestas que en eventos al aire libre. Otra investigación identificó los bares como uno de los lugares de mayor riesgo para la agresión y las lesiones entre adultos. Por lo que, según esta experta, todos estos resultados sugieren que necesitamos aprender más sobre los lugares donde los jóvenes beben.
"El contexto del consumo de alcohol es complejo. Las características de los jóvenes y adultos pueden predecir qué lugares van a elegir para beber. Por otro lado, el contexto de la ingesta puede influir en la conducta de beber y la probabilidad de los diferentes tipos de problemas relacionados con el alcohol", añade Traci L. Toomey, profesora en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.
"Mientras que varios estudios han examinado las asociaciones entre el contexto de beber alcohol y las características de la juventud nuestro análisis es el primero que examina cómo estas asociaciones cambian con el tiempo", apunta.
ENCUESTA EN 665 JÓVENES
Los investigadores utilizaron datos de encuestas recogidas entre 2009 y 2012 a partir de 665 jóvenes (369 varones, 296 mujeres) que consumieron alcohol en los últimos año de 50 ciudades de tamaño medio de California. Los participantes tenían entre 13 y 16 años de edad. "En primer lugar, nos encontramos con que jóvenes de diferentes características como género, edad e ingresos beben en diferentes lugares", señala Lipperman-Kreda.
Por ejemplo, los jóvenes que bebían con más frecuencia fueron más propensos a beber en las fiestas y en la casa de otra persona. Los grandes bebedores tendían más a hacerlo en estacionamientos o esquinas de las calles. Los jóvenes que más bebian eran más propensos a hacerlo en todas partes, y los fumadores de cigarrillos tendían más a consumir alcohol en las playas o los parques y en casa de otra persona.
"También nos encontramos que con el tiempo, la probabilidad de que los jóvenes bebieran en las fiestas y la casa de otra persona aumentó, mientras que las posibilidades de consumir alcohol en los estacionamientos o callejones disminuyeron. Por último, la probabilidad de beber en la propia casa, las playas o los parques y restaurantes, bares o discotecas cambian más rápidamente entre los jóvenes que más abusan en comparación con los jóvenes normales", agrega.
"Este estudio sugiere que las intervenciones podrían ser adaptados a grupos específicos de la juventud sobre la base de dónde beben alcohol", observa Toomey. "Al hacer mensajes más específicos y apropiados para un grupo concreto, pueden ser más eficaces en la reducción del consumo de alcohol y los problemas relacionados", aconseja.