Los confinamientos por COVID-19 envejecieron prematuramente los cerebros de los adolescentes

Archivo - Adolescentes con mascarillas.
Archivo - Adolescentes con mascarillas. - LEOPATRIZI/ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 7 octubre 2024 7:29

MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS

Una nueva investigación de la Universidad de Washington (UW) - en Estados Unidos señala que la pandemia no solo redujo la interacción social de los adolescentes y dio lugar a informes documentados de ansiedad, depresión y estrés, especialmente entre adolescentes y especialmente entre las niñas; además provocó una maduración cerebral inusualmente acelerada en los adolescentes.

La adolescencia, el período de transición entre la niñez y la edad adulta, está marcada por cambios dramáticos en el desarrollo emocional, conductual y social. También es un momento en el que se desarrolla un sentido de identidad propia, confianza en uno mismo y autocontrol.

La investigación, publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', señala que con la pandemia la maduración fue más pronunciada en las niñas. Cuando se midió en términos de número de años de desarrollo cerebral acelerado, la aceleración media fue de 4,2 años en las mujeres y de 1,4 años en los hombres.

"Pensamos en la pandemia de COVID-19 como una crisis de salud", contextualiza Patricia Kuhl, autora principal y codirectora del Instituto de Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la UW (I-LABS), "pero sabemos que produjo otros cambios profundos en nuestras vidas, especialmente para los adolescentes".

La maduración cerebral se mide por el grosor de la corteza cerebral, la capa externa de tejido del cerebro. La corteza cerebral se adelgaza naturalmente con la edad, incluso en la adolescencia. Se sabe que el estrés crónico y la adversidad aceleran el adelgazamiento de la corteza, que se asocia con un mayor riesgo de desarrollar trastornos neuropsiquiátricos y conductuales. Muchos de estos trastornos, como la ansiedad y la depresión, suelen surgir durante la adolescencia, y las mujeres corren un mayor riesgo.

La investigación de la UW comenzó en 2018 como un estudio longitudinal de 160 adolescentes entre 9 y 17 años, con el objetivo original de evaluar los cambios en la estructura del cerebro durante la adolescencia típica. Estaba previsto que la cohorte regresara en 2020, pero la pandemia retrasó las pruebas repetidas hasta 2021. Para entonces, la intención original de estudiar el desarrollo típico de los adolescentes ya no era viable.

"Una vez que la pandemia estaba en marcha, comenzamos a pensar en qué medidas cerebrales nos permitirían estimar lo que el confinamiento por la pandemia había hecho en el cerebro", aclara Neva Corrigan , autora principal y científica investigadora de I-LABS. "¿Qué significaba para nuestros adolescentes estar en casa en lugar de en sus grupos sociales, sin ir a la escuela, sin practicar deportes, sin pasar el rato?"

Utilizando los datos originales de 2018, los investigadores crearon un modelo del adelgazamiento cortical esperado durante la adolescencia. Luego volvieron a examinar los cerebros de los adolescentes, más del 80% de los cuales regresaron para la segunda serie de mediciones. Los cerebros de los adolescentes mostraron un efecto general de adelgazamiento acelerado a lo largo de la adolescencia, pero esto fue mucho más pronunciado en las mujeres.

Los efectos del adelgazamiento cortical en las mujeres se observaron en todo el cerebro, en todos los lóbulos y en ambos hemisferios. En los hombres, los efectos solo se observaron en la corteza visual.

El mayor impacto en los cerebros femeninos en comparación con los masculinos podría deberse a las diferencias en la importancia de la interacción social para las niñas y los niños, argumenta Kuhl. Agrega que las adolescentes a menudo dependen más de las relaciones con otras niñas, priorizando la capacidad de reunirse, hablar entre sí y compartir sentimientos. Los niños tienden a reunirse para realizar actividad física.

"Los adolescentes realmente están caminando sobre la cuerda floja, tratando de recomponer sus vidas", advierte Kuhl. "Están bajo una presión tremenda. Luego, una pandemia global ataca y sus canales normales de liberación del estrés desaparecen. Esas vías de liberación ya no existen, pero las críticas y presiones sociales permanecen debido a las redes sociales. Lo que realmente parece haber hecho la pandemia es aislar a las niñas. Todos los adolescentes se aislaron, pero las niñas sufrieron más. Afectó a sus cerebros de manera mucho más dramática".

Kuhl afirma que es poco probable que la corteza cerebral se vuelva a engrosar, pero que la posibilidad de recuperación podría adoptar la forma de un adelgazamiento más lento con el tiempo, tras el retorno a las interacciones y salidas sociales normales. Se necesitarán más investigaciones para comprobar si este es el caso. "Es posible que haya cierta recuperación", matiza Kuhl. "Por otro lado, también es posible imaginar que la maduración cerebral seguirá siendo acelerada en estos adolescentes".

En las poblaciones de mayor edad, las medidas de la función cerebral cognitiva, como la velocidad de procesamiento y la capacidad para completar tareas típicas, se correlacionan con el grado de adelgazamiento de la corteza cerebral. Ese tipo de datos aún no están disponibles para los adolescentes, informa Kuhl, pero podrían ser el rumbo de las investigaciones futuras.

"La pandemia ha servido como prueba de la fragilidad del cerebro de los adolescentes", afirmó Kuhl. "Nuestra investigación plantea un nuevo conjunto de preguntas sobre lo que significa acelerar el proceso de envejecimiento del cerebro. Las mejores investigaciones plantean nuevas preguntas profundas, y creo que eso es lo que hemos hecho aquí".

Contador