MADRID, 24 Ago. (EDIZIONES) -
Las conjuntivitis son muy contagiosas. Diferentes bacterias y virus pueden provocarlas y son varias las formas en las que pueden transmitirse de una persona a otra: al tocar o darle la mano a una persona; el aire, al toser o al estornudar; o bien al tocar superficies y objetos contaminados por microbios y luego tocarse los ojos sin lavarse las manos.
En concreto, la conjuntivitis es un proceso inflamatorio de la conjuntiva, una membrana fina y transparente que recubre la superficie del ojo. "Esta inflamación hace más visibles los vasos sanguíneos, lo que le da al ojo un color rosado o rojizo. Es una de las afecciones del ojo más frecuentes, tanto en niños como en adultos", explica la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) en este sentido.
Mientras, en una entrevista con Infosalus, el doctor Pedro Arriola, oftalmólogo del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid indica que pueden deberse a varios motivos: conjuntivitis alérgicas; las infecciosas, siendo las más típicas las víricas; las conjuntivitis irritativas, entre las que se encontrarían aquellas relacionadas con la exposición al sol, una de las más frecuentes en verano.
Según destaca este experto, las conjuntivitis más predominantes en nuestro entorno son las infecciosas, especialmente las víricas durante el invierno; y después las alérgicas, que suelen ser más habituales en primavera, con las alergias ambientales.
"Pero este año con el tema COVID, que usamos más mascarillas e higiene, se ven menos conjuntivitis virales que en años anteriores. En verano sí suele haber problemas oculares relacionados con la exposición al sol, o bien porque abrimos los ojos en piscinas cloradas o en el mar, aguas que nos pueden irritar un poco. También se está viendo que hay pacientes con alergias a determinados alérgenos que están en su lugar de vacaciones, por eso existe la creencia de que en verano hay más conjuntivitis", subraya.
Eso sí, Arriola advierte de que es importante conocer el que en algunas ocasiones los pacientes acuden a la consulta con sintomatología de conjuntivitis y es posible que no se pueda determinar la causa de la misma.
Así, uno de los primeros síntomas distintivos de esta patología son las legañas o secreciones, cuando nos levantamos con el ojo un poco pegado. "Si la legaña es escasa y blanca suele ser de etiología alérgica, pero si es más purulenta, amarillenta verdosa, puede tener origen infeccioso. También son característicos el lagrimeo, el escozor, la sensación de cuerpo extraño en el ojo, aparte del ojo rojo no doloroso. El hecho de que haya dolor en ojo rojo implica etiología diferente".
Con ello, el oftalmólogo remarca que en general, ante cualquier proceso ocular donde haya dolor, se debe acudir al oftalmólogo. En el caso de las conjuntivitis señala que en caso de no resolverse de forma espontánea en unos días sí deben ser valoradas por un médico e iniciar el tratamiento si el experto así lo considerara.
"Lo que se suele hacer es un tratamiento de limpieza del ojo con suero, que recomendamos que esté frio porque alivia más, y con ello limpiamos las secreciones. Se recomienda también el uso de lágrimas artificiales, y mejor en monodosis para reducir contaminación", agrega.
Después, y según el examen médico, el doctor Arriola apunta que si la exploración sugiere etiología alérgica debe administrarse un colirio antihistamínico, y en algunos casos también unas gotas antibióticas.
¿PODEMOS PREVENIRLAS?
A juicio del especialista del Clínico San Carlos, en cierto modo pueden prevenirse las conjuntivitis: "Las alérgicas con antecedentes alérgicos conocidos se puede reducir la sintomatología con antihistamínicos y con otros tratamientos para la alergia. En el caso de las víricas, evitando el contacto con las personas con conjuntivitis vírica, sobre todo aquellas producidas por adenovirus, que son las más frecuentes y de las enfermedades más contagiosas".
De hecho, subraya que en el personal sanitario son causa de baja laboral. Igualmente, sugiere en estos casos que es siempre muy conveniente el lavado de manos, no compartir toallas ni ropa de cama, así como evitar el contacto estrecho con la persona afectada, sobre todo los primeros días de la infección.
Con todo ello, el doctor Arriola incide en la importancia del uso de gafas de sol, especialmente frente a la radiación UV, ya que es un factor de numerosas enfermedades en verano, aparte de representar un factor de riesgo de DMAE, cataratas, pterigion, etc.
"Use gafas de sol incluso en los meses que no son verano, ya que sigue existiendo ese riesgo, que es acumulativo como en la piel. Además, es conveniente que las gafas de sol sean compradas en centros de referencia. Mucho cuidado con las gafas falsas porque pueden favorecer un efecto nocivo sobre el ojo mayor", sentencia el experto del Hospital Clínico San Carlos.