MADRID, 5 Nov. (EDIZIONES) -
El soplo en el corazón no es una enfermedad, sino un signo en la auscultación, un ruido no habitual, y similar al de un soplido. Hay soplos que derivan de enfermedades, pero otros que no, y con los que se puede convivir toda la vida.
Así lo indica en una entrevista con Infosalus el doctor Juan Cosín, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), quien remarca que hay soplos que son consecuencia de una enfermedad, generalmente por una obstrucción en las válvulas del corazón, mientras que otros no, son benignos y normales.
Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) explican que dentro del corazón hay válvulas que sirven para que la sangre vaya en la dirección adecuada: "Las válvulas hacen un rumor al abrirse y cerrarse que da lugar a los ruidos cardiacos: un sonido rítmico característico que se puede escuchar con el fonendoscopio".
Lo normal, según continúa, es que el paso de la sangre ocurra sin turbulencias y que no produzca un sonido adicional; si bien apunta que, en ciertas ocasiones, la sangre fluye formando turbulencias y produce un sonido anormal que se denomina 'soplo cardiaco', un nombre que toma por su similitud con el ruido que emitimos al soplar.
"Los soplos son diagnosticados por el médico a través de un fonendoscopio. Por el sonido, el médico es capaz de diferenciar si el paciente presenta un soplo inocente o si, por el contrario, éste se debe a alguna enfermedad cardiaca. En ocasiones, para precisar el origen de un soplo, o si existen dudas sobre el diagnóstico, puede ser necesaria la realización de un ecocardiograma", agrega la FEC.
El también jefe de sección de Cardiología del Hospital Arnau de Vilanova en Valencia aclara que el soplo del corazón representa un motivo de consulta bastante frecuente en Cardiología, entre los 4 o 5 más habituales.
Los soplos suelen detectarse desde que se es recién nacido hasta en la edad más avanzada, "son más frecuentes en las edades más extremas de la vida", precisa el doctor Cosín. De hecho, mantiene que en la infancia suelen ser soplos benignos, y sin ninguna repercusión patológica; mientras que en los ancianos, los soplos suelen ser patológicos, siendo la estenosis aórtica (la enfermedad valvular más frecuente), una obstrucción de la válvula aórtica.
"La mayor parte de los soplos no necesita un tratamiento sino un control, aunque puede llegar un día en el que sí lo necesiten, pero la mayor parte de veces suele tratarse de un tratamiento intervencionista por cirugía, o bien a través de un catéter, pero ya al final de la evolución", detalla el cardiólogo.
Desde la Fundación Española del Corazón indican aquí que el soplo cardiaco en sí no implica un tratamiento. "Lo que sí se trata es la enfermedad que lo produce en aquellos casos en que sea necesario. Por tanto, el soplo funcional o inocente no requiere tratamiento", insiste.
Sin embargo, sostiene que cuando el soplo es consecuencia de una enfermedad puede ser necesario utilizar medicamentos o tratamientos quirúrgicos, o bien un cateterismo cardiaco que solucione el problema.
A juicio del doctor Cosín, es muy importante diferenciar el soplo de la enfermedad porque son muchas las personas que lo identifican como tal. "Normalmente el soplo patológico se produce por enfermedades en las válvulas del corazón, y dentro de éstas, la que más frecuentemente produce el soplo es la estenosis aórtica degenerativa, típica en pacientes de más edad. Se trata de una enfermedad que es evolutiva y que muchas veces requiere de tratamiento, consistiendo éste en cambiar la válvula. Hace años se realizaba con cirugía, pero ahora con técnicas menos invasivas como el cateterismo, donde no hay que abrir", remarca.
PRINCIPALES CAUSAS DEL SOPLO EN EL CORAZÓN
En este contexto, la FEC recuerda que existen soplos que no reflejan ninguna enfermedad del corazón ni de las válvulas; son los conocidos como 'soplos funcionales o inocentes', y son frecuentes en los niños, aunque la mayoría deja de oírse en la edad adulta.
"Otros soplos se producen por enfermedades del corazón: por alteraciones de las válvulas o por orificios o comunicaciones anómalas en los tabiques que separan las cavidades cardiacas", señala.
En concreto, cita que las alteraciones de las válvulas o los orificios de los tabiques del corazón pueden ser:
.- De origen congénito (de nacimiento)
.- Infecciones de la garganta por un tipo de bacterias específico denominado 'estreptococo' (fiebre reumática)
.- Infecciones del corazón (endocarditis)
.- Envejecimiento de los tejidos (enfermedades degenerativas).
.- En raras ocasiones otras causas, como el incremento de la velocidad de la sangre debido a hipertensión, fiebre, anemia, aumento de hormonas tiroideas, pueden generar turbulencias y dar lugar a soplos.
En cuanto a sus síntomas, esta fundación del estudio del corazón aclara que cuando el soplo es inocente o funcional, es decir, que no es síntoma de enfermedad, no produce ningún síntoma; pero sí subraya que cuando el soplo es causado por una enfermedad cardíaca grave se pueden producir síntomas como sensación de falta de aire, dolor en el pecho, o pérdidas de conocimiento.