MADRID, 2 Jul. (EDIZIONES) -
Demodex es un ácaro que vive en los folículos sebáceos, es decir, en los poros y en las pestañas de la cara. Se alimenta de los desechos y de la grasa que produce nuestra glándula sebácea. Está en la piel de casi todas las personas, en pequeña cantidad, formando parte de su microbioma.
Sin embargo, según afirma la doctora Andrea Huerta-Vena, dermatóloga especializada en láser y cicatrices de Hospital Ruber Internacional y Clínica Dermatológica Internacional (CDI) de Madrid, cuando el ácaro aparece en gran cantidad en la piel se asocia con diversas patologías (inflamación tanto de la piel como de las mucosas).
"Un exceso de demodex está asociado con ciertas patologías inflamatorias de la piel y de los párpados, como por ejemplo la rosácea, la espinulosis facial, la blefaritis, o el ojo seco, entre otras", aclara esta experta.
De hecho, destaca que, por ejemplo, está implicado en el desarrollo de la rosácea, una patología dermatológica en la que la función del folículo sebáceo está alterada, y esto conlleva a un sobrecrecimiento de demodex, que deriva en inflamación y en un empeoramiento de la función de la glándula sebácea. "Todo esto se convierte en un círculo vicioso si no lo tratamos adecuadamente", asevera la especialista de la Clínica CDI.
¿SE PUEDE CONTAGIAR DE UNA PIEL A OTRA?
Aquí señala la doctora Huerta-Vena que el ácaro demodex no se contagia como tal, sino que puede formar parte de la flora habitual de algunos animales, pero sobre todo en humanos. Es más, apunta que "es el ectoparásito permanente más frecuente".
Su 'contagio', tal y como prosigue esta dermatóloga de Ruber Internacional, hospital adscrito al grupo Quirónsalud, puede darse a través del contacto piel con piel y diversos fómites (toallas, ropa, por ejemplo; es decir, objetos inanimados que pueden transmitir infecciones por estar contaminados de microorganismos).
Ahora bien, sí remarca esta especialista que no en todas las personas se desarrollará una gran infestación, sino que tan sólo se quedará en aquellas pieles que sean más "apetecibles"; "normalmente pieles grasas, ya que el ácaro se alimenta de ella".
Con ello, resalta esta experta de la Clínica Dermatológica Internacional que sí que es frecuente y, de hecho, subraya que en los últimos años estamos viendo un gran aumento de su incidencia, "quizá por las tendencias cosméticas actuales (el abuso de cosméticos puede desencadenar su sobrecrecimiento)".
No obstante, sí indica que hay algunos factores predisponentes, entre los que se encontrarían:
-Pieles con tendencia grasa.
-Personas que abusan del maquillaje o cosméticos.
-Pieles con rutinas de limpieza inadecuadas.
-Tratamiento con corticoides previos.
CÓMO PODEMOS SOSPECHAR DE SU PRESENCIA
Así, la doctora Andrea Huerta-Vena, dermatóloga especializada en láser y cicatrices de Hospital Ruber Internacional y de la Clínica Dermatológica Internacional (CDI) de Madrid, alerta de que debemos tener en cuenta los siguientes aspectos a la hora de sospechar de ella:
-Pieles muy reactivas, que a la mínima se ponen rojas y se sienten irritadas.
-Tacto áspero, al pasar la mano tenemos la sensación de que es una lija.
-Granitos frecuentes.
-Inflamación alrededor de los ojos y ojo seco.
"Es muy importante realizar una correcta limpieza facial diaria, y una o dos veces en semana realizar una exfoliación física adecuada (que no irrite, pero que sea capaz de eliminar los ácaros y el exceso de grasa). También es importante no hidratar la piel en exceso (si no hay algún problema de función barrera, no debemos excedernos con la hidratación)", sostiene esta dermatóloga.
¿DEBEMOS ELIMINARLO DE NUESTRA PIEL?¿CÓMO SE HACE?
En último lugar, esta especialista mantiene que lo más importante es acudir al dermatólogo en caso de presentar alguna de las características comentadas: "Hoy en día hay disponibles fármacos antiparasitarios tópicos y orales para combatir demodex. Además, será necesario instaurar una adecuada rutina cosmética para evitar que el ácaro vuelva a crecer".
Tal y como reconoce, se suele diagnosticar la presencia del ácaro a simple vista, puesto que vive alojado con la cabeza en el folículo, pero deja la ‘colita’ en el exterior: "Vemos un exceso de ‘espinitas’ blancas en las pieles que tienen el ácaro en gran cantidad".