MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 39,18 por ciento de los españoles se expone a diario a ruidos fuertes e intensos, el 23,7 por ciento siendo consciente de que no es lo mejor para sus oídos y un 15,4 por ciento sin saber sin son perjudiciales, según el estudio 'Escuchar para cambiar el mundo: la importancia de la audición en España', realizado por Oticon.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 50 por ciento de los adolescentes y jóvenes de países de ingresos medianos y altos están expuestos a niveles de ruido perjudiciales, como la escucha de música con auriculares en los dispositivos de audio personales, y alrededor del 40 por ciento de exposición al ruido procede de lugares de ocio. En definitiva, se calcula que 1.100 jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición.
En el caso de España, el 50 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años y el 43 por ciento de los que tienen entre 25 y 34 se exponen a diario a ruidos fuertes, 11 y 4 puntos por encima de la media nacional, respectivamente, según los datos del mencionado estudio.
"Los jóvenes están expuestos de forma continua, ya sea a través de los auriculares con los que escuchan música o en bares y discotecas. La simple asistencia a un concierto puede provocar que la persona tenga después una sensación de ensordecimiento o acúfenos. Si después esa exposición es regular y mantenida en el tiempo, se puede ir generando un daño en las células sensoriales auditivas que puede dar lugar a una pérdida auditiva irreversible", explica el audiólogo José Sergio Álvarez, jefe de Formación de Oticon.
Si esto ocurre, se verán afectados los sonidos agudos de alta frecuencia en primer lugar. "Por eso, es posible que al principio pueda pasar desapercibida. Sin embargo, puede aumentar de forma progresiva si la exposición es continuada. Hay que tener en cuenta que no cuidar la audición en la juventud puede acelerar la aparición futura de la pérdida auditiva relacionada con la edad o hipoacusia", apunta.
Otra de las fuentes de ruidos intensos y fuertes es la que tiene que ver con el tráfico de las grandes ciudades o de las industrias. Así, según el estudio 'Escuchar para cambiar el mundo', el 27 por ciento de las personas que viven en ciudades con entre 50.000 y 200.000 habitantes se exponen a diario a sonidos intensos y son conscientes de que no es lo mejor para sus oídos, situándoles 4 puntos por encima de la media nacional.
"El ruido procedente de los coches, los aviones o trenes pueden impactar también en nuestra salud auditiva. De hecho, el tráfico por carretera es la principal fuente de contaminación acústica en Europa", señala Álvarez.
Asimismo, determinados trabajos implican la exposición a ruidos fuertes, aunque, en general, los que trabajan están más expuestos que los que no, pues el 43 por ciento de los que trabajan se exponen a ellos de forma continuada, frente al 31 por ciento que no lo hacen, según el estudio.
"Algunas profesiones, como la de los militares, agentes de policía, trabajadores de la construcción, trabajadores industriales, granjeros, dentistas o profesores de guardería están expuestas de forma continua a ruidos fuertes o intensos que pueden producir pérdida auditiva, por lo que es importante que empleen protectores auditivos en su jornada laboral", afirma Álvarez.
En cuanto a las comunidades autónomas, son los cántabros, los valencianos, los extremeños y los madrileños los que más se exponen a ruidos fuertes e intensos a diario, superando en el primero de los casos los 15 puntos sobre la media nacional.
5 CONSEJOS CONTRA EL RUIDO
Con motivo del Día de Concienciación contra el Ruido, que se celebra el próximo miércoles, el equipo de audiólogos de Oticon ofrece cinco consejos para evitar las consecuencias del ruido sobre la audición.
En primer lugar, recomiendan mantener un volumen bajo y emplear niveles seguros de exposición al ruido. Se aconseja que sea inferior a 85 dB para una duración máxima de 8 horas diarias. También se puede reducir el volumen con tapones para los oídos, cascos o auriculares que aíslen del ruido y regulando el volumen de los dispositivos de uso personal.
Otro consejo es reducir el tiempo de exposición. Para ello, se pueden hacer descansos, a fin de rebajar la duración total de la exposición, alejarse de la fuente de ruido (por ejemplo, altavoces) y reducir el tiempo de uso de los dispositivos de audio personales.
También es preciso prestar atención a las señales de alerta de pérdida auditiva. Es importante que, ante una sospecha, se acuda a un profesional especializado en audiología para que pueda evaluar la capacidad auditiva y determinar la solución en cada caso.
Igualmente, es recomendable revisar la audición de forma periódica, al menos una vez al año, sobre todo aquellas personas más vulnerables que mantengan una exposición continuada a ruidos fuertes.
Finalmente, otro consejo es evitar la producción de ruido. "A diario, generamos una gran cantidad de ruidos, en muchos casos, innecesarios. Es importante respetar el silencio de los demás, por lo que, entre todos, debemos contribuir, en la medida de lo posible, a reducir la contaminación acústica: reducir la velocidad del tráfico en las ciudades, emplear electrodomésticos silenciosos, etc.", concluyen los expertos de Oticon.