MADRID, 13 Sep. (EDIZIONES) -
La diabetes es una enfermedad muy importante, no solo porque su frecuencia está aumentando en todo el mundo, sino por las implicaciones que esta patología presenta para el día a día de quienes la padecen. El 90% de los casos pediátricos presentan diabetes tipo 1, una enfermedad metabólica de origen autoinmune y que es importante detectar de forma precoz.
"Cuando se diagnóstica la diabetes en los niños desde el punto de vista clínico los síntomas más importantes son: polidipsia, que es beber mucho; poliuria, que significa orinar mucho con o sin nicturia (orinar por la noche) y en niños que ya controlaban el esfínter vesical nocturno puede aparecer pérdida de ese control y orinarse en la cama; cambio en el apetito que puede ser aumento del mismo (polifagia) o disminución del mismo en los niños más pequeños; pérdida de peso; o cansancio, entre otros", detalla en una entrevista con Infosalus la doctora Raquel Barrio, miembro de la Sociedad Española de Diabetes (SED).
A su juicio, todos estos síntomas deben alertarnos y llevarnos a pensar en la existencia de diabetes y descartarla. "Esta clínica debería ser conocida por la sociedad y sobre todo en el medio familiar y escolar", defiende la también directora de la revista 'Diabetes' de la SED.
Reconoce que es una enfermedad difícil de controlar en el día a día tanto por parte de los padres, como de los cuidadores de los niños, porque implica "mucha colaboración y actuación durante las 24 horas del día", ya que mantener un adecuado control de la glucemia es difícil pues intervienen múltiples factores como la ingesta, el ejercicio, el estado de ánimo, o por ejemplo la existencia de enfermedades.
"En la diabetes se precisan tomar decisiones las 24 horas el día, lo que dificulta la vida de los padres y de los cuidadores, y altera el sueño nocturno. Para una correcta actuación se precisan amplios conocimientos que deben ser aportados mediante la educación diabetólogica que debe ser impartida por el equipo de diabetes de manera continuada", subraya esta diabetóloga pediátrica y especialista en Clínica D-Médical (Madrid).
Eso sí, señala que, "bien es verdad" que la tecnología actual facilita esa monitorización continua de la glucosa, la posibilidad de utilizar bombas de insulina, y sobre todo la existencia de sistemas de páncreas artificial híbrido avanzado. "Todo ello ha simplificado mucho el tratamiento de esta enfermedad. Pero esta tecnología más avanzada no está disponible para todos los pacientes y todavía existen muchos niños que no la llevan", lamenta la doctora Barrio.
CÓMO ES LA DIABETES EN UN NIÑO
En este contexto, la experta recuerda que la edad pediátrica llega hasta los 18 años, por lo que vemos que la diabetes va a ser muy diferente cuando se diagnostica en el niño muy pequeño, dependiente total de padres y cuidadores, que en los niños de más edad que empiezan a colaborar en su control, o en los adolescentes que deben conseguir la autonomía, aunque siempre con una ayuda familiar y social.
"La diabetes es una enfermedad presente las 24 horas del día por lo que afecta a todas las actividades de su vida. Hay que evitar tanto las bajadas de glucosa (hipoglucemia), como las subidas (hiperglucemia). Hay suficientes evidencias científicas que demuestran el efecto deletéreo de ambas sobre el cerebro. Hay que preservar el normal desarrollo del niño sin que exista discriminación por su enfermedad para conseguir un normal desarrollo no solo físico, si no también emocional", defiende.
CONSEJOS PARA EL DÍA A DÍA Y LA VUELTA AL COLE
Con ello, la miembro de la SED destaca que el principal consejo que se puede aportar es tener conocimiento sobre la enfermedad y cómo gestionarla, tanto a la familia, como a los cuidadores y profesores y, en general, a las personas que rodean al paciente, para que estos tengan conocimientos adecuados sobre cómo actuar ante las distintas circunstancias que puedan presentarse: "Deben conocer cómo reaccionar ante una hipoglucemia leve o grave o, por ejemplo, ante la realización el ejercicio. Si el paciente lleva tecnología para el control de la enfermedad, las personas más próximas deben saber utilizarla y actuar ante problemas que puedan presentarse".
Ve igualmente importante que el niño tenga unos hábitos saludables de vida: una alimentación sana, unos horarios de sueño adecuados y que pueda realizar ejercicio todos los días. "Y lo que es más importante, un apoyo afectivo para conseguir un desarrollo emocional óptimo", remarca la doctora Barrio.
Mantiene también que hay un aspecto que se conoce como 'distrés por la diabetes que no es infrecuente y que debe ser sospechado por los profesionales del equipo diabetológico y por los profesores para ser abordado precozmente: "La sobrecarga psicológica que lleva implícita el control de la diabetes debe ser siempre tenida en cuenta y buscar mecanismos para aligerarla".
Por otro lado, esta diabetóloga pediátrica mantiene que el niño en la escuela tiene que ser integrado sin discriminación: "El comienzo del año escolar puede ser un momento estresante para los padres de los niños con diabetes. Hay que conseguir la implicación del medio escolar para asegurar la salud y la seguridad del niño. Para ello, se debe informar a los profesores sobre la enfermedad y aportarles los conocimientos y los datos necesarios para que puedan actuar en el día a día".
Cree que lo ideal en estos casos es contar con personal sanitario (enfermera escolar) en el colegio que pueda abordar el cuidado sanitario del niño cuando lo requiera. "Hay que implicar también a los compañeros", considera.
A su vez, incide en que la información sobre la diabetes del niño debe actualizarse todos los años y deben darse por escrito todas las indicaciones: "Se debe aportar un plan de control de la diabetes que proporciona un resumen del cuidado diario de la diabetes y que hacer en un caso de emergencia. Esta información provendrá principalmente del equipo de diabetes que atiende la paciente. La tecnología a través de los teléfonos inteligentes facilita el contacto frecuente entre el medio escolar y los padres".
La doctora Barrio indica que hay que aportar al colegio el glucagón necesario para el tratamiento de la hipoglucemia grave. "En la actualidad contamos con glucagón nasal que facilita su administración por parte de cualquier persona", apostilla.
En última instancia, resalta que hay una serie de consejos a tener en cuenta:
Educar no solo al maestro y a la enfermera escolar, sino también a todo el personal que vaya a estar en contacto con el niño. También a los compañeros. Para ello hay que hablar en la clase sobre la diabetes.
Hay que aportar de manera documental el tipo de tratamiento, cómo se puede hacer el ajuste de insulina para la ingesta y el ejercicio, y la actuación ante las emergencias.
Determinar cómo comunicarse con el colegio con facilidad.
Si la edad lo permite, hay que enseñar al niño como actuar antes las distintas situaciones.