MADRID, 4 Jul. (EDIZIONES) -
Algunas personas que han contraído la COVID-19 desarrollan alucinaciones olfativas. No es lo corriente, pero sí está sucediendo en algunos pacientes. Veamos en qué consiste este fenómeno y por qué se produce.
Para ello charlamos en Infosalus con el doctor Joaquim Mullol, director de la Unidad de Rinología y clínica del olfato del Hospital Clínico de Barcelona, e investigador y coordinador del Equipo de Investigación Inmunoalergia Respiratoria Clínica y Experimental (IRCE) del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pino y Sunyer (IDIBAPS).
Cuenta que el cerebro es "muy complejo" y de la misma manera que otros estímulos, recuerdos, o sensaciones, se guardan en las áreas de la memoria, con el olfato también sucede y este se conserva en nuestra memoria. "Por tanto, estímulos irregulares, en personas que han tenido un trastorno como la COVID-19 por ejemplo, pueden estimular áreas de la memoria y presenten alucinaciones o ilusiones olfatorias, que simplemente consisten en tener la sensación de que estás oliendo algo, cuando en realidad no lo es", añaden.
Otro aspecto relacionada con esto, según prosigue el experto del Hospital Clínic, es que cuando existe una regeneración del tejido olfatorio se pueden producir trastornos olfativos (denominados 'parosmia' o 'cacosmia'), es decir, no tenemos por qué oler exactamente lo que nuestro cerebro cree que va a oler.
Aquí pone el ejemplo de oler café y tener la sensación de que estamos oliendo otra cosa. Esto puede ser por dos motivos, según explica: "Uno, por el hecho de que ese olor se interprete mal porque hay una regeneración y las conexiones neurológicas no son correctas; o bien porque, tal y como se ha descubierto recientemente, exista el predominio o conservación de uno de los diferentes estímulos que conforman un olor, por ejemplo, el del café, y cuando nosotros olemos el café percibimos esos 30-50 estímulos, y ese conjunto nos da el olor a café".
Podría ser, según continúa el doctor Mullol, que de estos 30-50 estímulos, que a su vez estimulan a lo mejor 20 o 30 receptores olfativos diferentes, solo quedase uno preservado, y este estímulo podría ser el responsable del olor desagradable. "Se ha visto que hay sustancias del café que después de la COVID-19 son responsables de estos olores alterados o raros, a los que se llama 'cacosmia'", agrega.
FALTA MUCHA INVESTIGACIÓN
Por tanto, el investigador y coordinador del Equipo de Investigación Inmunoalergia Respiratoria Clínica y Experimental (IRCE) del Institut d'Investigacions Biomdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) sostiene que en la actualidad faltan muchos estudios del origen de estos olores desagradables o raros que una persona puede oler cuando se regenera el neuroepitelio olfativo tras el proceso de la COVID-19.
A su juicio, una cosa muy importante es que el paciente sepa diferenciar muy bien el gusto (dulce, salado, amargo y ácido) del olfato, que básicamente conforma las sensaciones organolépticas del sabor que percibimos cuando comemos o bebemos. "De 100 pacientes que acuden a consulta con alteraciones de gusto y de olfato, solo un 5% presentan realmente alteraciones reales del gusto porque lo confunden con el sabor, siendo este aspecto muy importante", aclara el director de la Unidad de Rinología y clínica del olfato del Hospital Clínic de Barcelona.