El consumo de alcohol de forma excesiva y mantenida puede conllevar la presencia de un trastorno depresivo silencioso

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Actualizado: jueves, 12 enero 2017 12:13

MADRID 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

"Es importante ser conscientes del riesgo de que consumir alcohol de forma excesiva y mantenida puede conllevar la presencia de un transtorno depresivo silencioso y no identificado que puede acabar destruyendo la vida de la persona que lo padece y de su familia", ha afirmado el psiquiatra y director del centro de desintoxicación IVANE del Hospital Nisa Aguas Vivas, Augusto Zafra.

El especialista también ha explicado que el 40 por ciento de los pacientes que ingresan en IVANE con un problema de alcoholismo padecen además un trastorno afectivo. Y de ese 40 por ciento, sobre la mitad cumplen criterios clínicos de padecer un trastorno depresivo concominante a su problema adictivo del alcohol.

En relación a estos datos, Zafra ha puntualizado que, "la coexistencia de un trastorno afectivo, en todas las tonalidades e intensidades posibles, junto con un trastorno por consumo de alcohol es más frecuente de los que a priori se puede pensar".

La presencia de depresión-alcohol o alcohol-depresión en una persona que solicita ayuda de profesionales aparece entre el 20 y el 40 por ciento de las consultas médicas de petición de ingreso en los centros de desintoxicación.

El director de IVANE ha indicado que "ante cualquier abuso de alcohol o problema de alcoholismo establecido, es necesario realizar un despistaje orgánico y psíquico de otras malestares, especialmente los estados afectivos, la depresión y el trastorno bipolar, ya que la comorbilidad del alcoholismo y la depresión es extensa".

"En otras ocasiones, el abuso de alcohol y el alcoholismo es consecuencia de un trastorno depresivo de meses o incluso años de evolución. Dependiendo de cómo se absorben conjuntamente estas dos patologías, marcarán la evolución y el pronóstico de la recuperación del paciente con adicción y depresión", ha dicho Zafra.

FACTORES

La sensación de soledad, una ruptura sentimental, el fallecimiento de un familiar o el estrés laboral son algunos de los factores que pueden precipitar la aparición de un cuadro depresivo. También puede aparecer tras un cambio vital potencialmente deseado y positivo para la persona como un embarazo, un ascenso profesional o una jubilación tras meses de estrés. Aunque también hay factores coitidianos y no saludables que pueden desencadenar en esta enfermedad como son el consumo del alcohol, la falta de sueño, o el aislamiento social.

Hay pacientes que cuando sufren depresión por primera vez, les cuesta identificar este estado de malestar emocional. "Siempre se ha dicho que para identificar correctamente un estado depresivo hace falta la experiencia personal y haberla sufrido en alguna ocasión", explica.

"En parte ocurre porque los mecanismos de identificación de un estado mental jamás sufrido lleva altas dosis de desconocimiento y falta de asunción de que el malestar psíquico conlleva altas dosis de miedo, temor, evitación y estigma que atentan contra la objetividad y neutralidad de los mecanismos cerebrales internos que cada uno poseemos", ha finalizado Zafra.