MADRID 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al explorar la relación entre la impulsividad y el consumo de cocaína en ratas, Yihong Yang y su equipo del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas (Estados Unidos), pertenecientes a la Sociedad para la Neurociencia, han encontrado evidencia que contradice la opinión predominante de que la alta impulsividad predice el consumo de cocaína.
Los resultados están disponibles en 'eNeuro'. Cabe contextualizar que los investigadores han aceptado ampliamente que la impulsividad aumenta el riesgo de adicción a las drogas, pero la evidencia que respalda esta creencia es mixta. Una clasificación de la impulsividad es la elección impulsiva, que puede estudiarse con tareas de elección arriesgada y tareas de descuento por demora (DDT). Durante DDT, los individuos impulsivos prefieren recompensas más pequeñas e inmediatas a las más grandes y demoradas.
En este estudio los investigadores utilizaron DDT para categorizar cómo se comparaban las ratas impulsivas con sus pares. Después de ser clasificadas por nivel de impulsividad, las ratas pasaron por un paradigma de autoadministración de cocaína; los investigadores pueden medir el comportamiento similar a la adicción por el uso continuo de cocaína a pesar de la presencia conocida de consecuencias desagradables: descargas eléctricas en los pies, en este caso.
Además de descubrir que los niveles de impulsividad no influyeron en el consumo de cocaína, los investigadores se sorprendieron al descubrir que el consumo de cocaína a largo plazo aumentó la impulsividad en ratas que previamente se consideraban menos impulsivas que sus pares.
Las imágenes cerebrales y otras evaluaciones revelaron que las ratas con impulsividad impulsada por la cocaína tenían menos receptores de dopamina y una comunicación más débil entre las regiones cerebrales en una red relacionada con la recompensa. Según los autores, estos hallazgos mejoran nuestra comprensión de las complejas interacciones entre fármacos y circuitos cerebrales y cómo influyen en el comportamiento.